Durante el lanzamiento de La casa de los famosos, el reality con el que el Canal RCN espera seguir liderando el rating de las noches en Colombia, un detalle no pasó desapercibido para los asistentes: cuando le preguntaron a Isabella Santiago, una de las concursantes, con qué compañero de set intuía que se llevaría mal, la modelo venezolana respondió sin titubear: “Por lo que he visto en otros realities, creo que con Martha Isabel Bolaños”.
Sentada a pocos pasos, la actriz caleña solo sonrió. Sabe bien que su nombre se escribe casi siempre enseguida de la palabra polémica. El año pasado, por ejemplo, los televidentes la vieron, noche tras noche, en MasterChef Celebrity, una producción en la que no solo demostró su pasión por la cocina, sino su personalidad volcánica y franca, que le dejó más enemigos que amigos, dentro y fuera del estudio de grabación.
Con 50 años recién cumplidos y tan sexi como en sus tiempos de la Pupuchurra, el personaje de Yo soy Betty, la fea, que le cambió la vida para siempre hace casi tres décadas, la actriz se le mide ahora a un reality en el que deberá convivir con otra veintena de celebridades: en La casa de los famosos, que se estrena el 11 de febrero, los espectadores podrán seguir la convivencia de los participantes durante las 24 horas, siete días a la semana, pues lo que suceda se transmitirá además, en vivo, en la plataforma de streaming Vix.
En entrevista con SEMANA, Martha Isabel confesó que las críticas se deben a que a “la gente poco le gusta que le digan las cosas en la cara” y que espera que la “hinchada” que la ha acompañado desde sus tiempos de Betty, la fea sea la que la mantenga con vida en un programa en el que los televidentes, con sus votos, serán los encargados de sostener o no a los famosos dentro de la casa.
SEMANA: ¿Es consciente de que su presencia en La casa de los famosos genera expectativas no solo en muchos televidentes, sino en los propios concursantes?
Martha Isabel Bolaños (M.B.): Me volví consciente de eso cuando me lanzaron de primera en la lista de famosos elegidos para el reality, porque está muy fresco el reality anterior, y sé que di mucho de qué hablar. Pero, a pesar de eso, siento que la mayoría de las personas, de los televidentes, me apoyaron. Tengo mis haters, como todo el mundo. Y eso nunca me había pasado, la verdad, es algo muy nuevo para mí; al comienzo me costó, pero en mi corazón siento que hice las cosas bien. Siempre mis compañeros me verán como una competencia.
SEMANA: ¿Siente que ser tan sincera ha tenido un costo personal para usted, que eso le ha valido críticas e incluso enemigos?
M.B.: Mirá que cuando leo los comentarios de la gente en las redes sociales hay uno que se repite todo el tiempo, y es: a la gente poco le gusta que le digan las cosas en la cara. A la gente no le gustan las personas frenteras. Pero yo no puedo ser de otra manera. Lo que confesó hace un rato Isabella Santiago es impresionante, me impactó.
SEMANA: Muchos le critican siempre el tonito con el que les habla a los demás.
M.B.: Sí, sé que tengo un tonito que no me ayuda mucho y genera roces, sin duda. Lo sé. Pero debo aclararle a la gente que no es que esté brava, como muchos creen. Con el tiempo he aprendido que no es lo que dices, sino cómo lo dices. Y ese puntico de mi forma de ser sé que debo trabajarlo, me quedan ocho días para mejorar antes de que empiece el programa (risas). Pero la verdad es que en la vida siempre he sido fiel a mí misma, me conecto con mi corazón, tengo sentido común y también un sentido de la justicia que rige todo lo que hago en la vida. Si ello me llega a costar la salida de la casa, me iré con la cabeza en alto.
SEMANA: Dicen que este tipo de programas están muy libreteados, que los concursantes deben casi que adoptar un personaje para participar y despertar el apoyo de los televidentes...
M.B.: Yo no podría adoptar un personaje en un reality, eso me quedaría absolutamente imposible. Puede que me muerda los labios, que no hable y me aguante. Pero tarde o temprano me empezarán a salir letreros o se me notará en la cara lo que no me gusta. Fingir ser algo que no soy es algo con lo que no puedo, sería muy complicado para mí.
SEMANA: Si convivir con la gente que uno conoce es difícil, hacerlo con 22 extraños debe serlo aún más. ¿Qué cree que será lo más complejo para usted?
M.B.: Esto será todo un reto. Será como desbloquear otro nivel porque soy una mujer que todo el tiempo se está trabajando en lo personal. Mi prioridad es mi desarrollo como persona. Todo en la convivencia es difícil. Fui hija única, siempre fui solitaria, siempre he sido autosuficiente, siempre he hecho lo que me da la gana. Soy libre desde muy chiquita, entonces trataré de no estresarme por tonterías, que no lavaron la loza, que dejaron la toalla mojada. Creo que estaré más pendiente de las buenas relaciones entre todos. De observar, de ver quién me refleja, qué es lo que me molesta del otro. A este programa vengo a hacer un experimento conmigo como ser humano.
SEMANA: Teme que la vean vulnerable, en alguna situación que la lleve a explotar...
M.B.: Sé que haga lo que haga, me porte como me porte, la gente va a criticar. Lo que me da miedo es perder mi control emocional. Como soy tan apasionada, y siento las cosas con tanta fuerza, es posible que llore más de la cuenta o que me descontrole.
SEMANA: ¿Con cuál de los concursantes cree que puede tener una relación más especial o a lo mejor más conflictiva?
M.B.: Veo que hay varios que somos ‘voltajudos’. Dianita Ángel, nos conocemos de toda la vida, es una mujer y actriz increíble; somos buenas amigas, pero es una mujer que tiene carácter. Ornella Sierra es una mujer costeña y con ganas de comerse el mundo. La Segura también tiene su voltaje. Sé que los influencers tienen muchos seguidores y eso les puede generar un apoyo fuerte, pero fui actriz de Betty, la fea y eso me garantiza una hinchada enorme. Sin embargo, a este programa entro en ceros y eso es lo que quisiera que hicieran conmigo también, que no llegaran prevenidos, como Isabella. Ella también es una mujer fuerte y dos mujeres alfa chocando en el programa no sería chévere.
SEMANA: ¿Cómo ha sido empacar la maleta? Ustedes tienen muchas restricciones de los objetos que pueden o no llevar a la casa...
M.B.: Ha sido una tarea difícil. Por ahora, estoy poniendo lo que creo que puedo llevar en un lado de mi casa y luego me sentaré a empacar lo que realmente puedo llevar. Lo más complicado será empacar mis frascos, soy muy vanidosa, me cuido muchísimo la piel y el cabello. Tengo fórmula médica para todo. Vivo de mi imagen y me gusta cuidarme.
SEMANA: ¿Será difícil no poder estar atenta a las redes sociales y enterarse de las reacciones de la gente fuera de la casa con un personaje tan polémico como usted?
M.B.: Al contrario. Qué rico soltar ese celular. Llevo dos meses preparando todo en mi casa: desde las personas de confianza que se encargarán de mis finanzas y mi familia para enfocarme en mi juego. No quiero preocuparme por el mundo exterior.