El pasado domingo, en la ceremonia de la edición número 65 de los premios Grammy, Madonna fue la encargada de introducir la actuación de Sam Smith y Kim Petras, un hecho “histórico” —según las propias palabras de la artista— pues Petras es la primera mujer transgénero en actuar en esta gala y la segunda en obtener un gramófono dorado.
Sin embargo, millones de quienes siguieron la ceremonia en vivo, lejos de fijarse en el emotivo discurso de la Reina del Pop, que versaba en defensa de los “rebeldes”, cuestionaron y se burlaron con dureza del aspecto físico y en especial del rostro de Madonna, quien a sus 64 años no niega que se ha sometido a varias cirugías estéticas. Para algunos lucía “irreconocible”.
Si bien las críticas no son nuevas, la artista ya no aguantó más y estalló públicamente a través de sus redes sociales.
“En lugar de centrarse en lo que dije en mi discurso, que fue de agradecimiento por la valentía de artistas como Sam y Kim, muchas personas optaron por hablar solo sobre mis fotos en primer plano tomadas con una cámara de lente larga por un fotógrafo que ¡distorsionaría la cara de cualquiera!”, se quejó Madonna en su cuenta de Instagram, en la que acumula casi 19 millones de seguidores.
“Una vez más estoy atrapada por el resplandor de la discriminación por edad y la misoginia que impregnan el mundo en el que vivimos. Un mundo que se niega a celebrar que las mujeres pasen de los 45 años y que siente la necesidad de castigarla si continúa siendo fuerte, trabajadora y aventurera”, escribió la artista.
La intérprete de Like a Virgin, fiel a la esencia que la ha acompañado en más de cuatro décadas de carrera musical, optó para los Grammy por un vestuario poco convencional: un conjunto compuesto por falda negra larga, guantes, chaqueta negra, camisa blanca y corbata, que acompañó con un cabello recogido en dos colas y trenzas.
Un look que, según algunos internautas la hacía ver de mayor edad. Las críticas de los usuarios también apuntan a que Madonna lucía en vivo muy distinta a como suele aparecer en sus publicaciones de Instagram, por lo que cuestionan el uso excesivo, por parte de la artista, de filtros y retoques para afinar su rostro y su figura en las redes sociales.
Pero, lejos de sentirse afectada por los comentarios, la artista estadounidense no cree que deba dar explicaciones: “Nunca me he disculpado por ninguna de las elecciones creativas que he hecho en mi vida, ni por la forma en que me veo o me visto y no voy a empezar ahora. He sido degradada por los medios desde el comienzo de mi carrera, pero entiendo que todo esto es una prueba y estoy feliz de ser una pionera para que todas las mujeres detrás de mí puedan tenerlo más fácil en los años venideros”, aseguró.
Es que hace 30 años, cuando Madonna tenía 33, publicó S.E.X, un libro erótico con imágenes explícitas en las que lucía desnuda, besando a hombres y a mujeres por igual. Un texto que además recogía sus fantasías sexuales y en el que reflexionó sobre la sexualidad. “En ese entonces, me llamaron puta, bruja, hereje y hasta demonio”, aseguró Madonna hace solo unas semanas, cuando se conmemoró el aniversario número de su lanzamiento.
Acostumbrada entonces a ser insultada y criticada, Madonna sube el volumen de sus comentarios: “Espero con ganas muchos años más de comportamiento subversivo, empujando los límites, enfrentándome al patriarcado y, sobre todo, disfrutando de mi vida”, concluye la artista en su desahogo en Instagram a propósito de las críticas por su apariencia.
Total, tal como lo dijo en su discurso de los pasado premios Grammy: “Esto es lo que aprendí después de cuatro décadas en la música: si te llaman impactante, escandalosa, problemática, provocadora o peligrosa, definitivamente estás en lo cierto”.