El pasado lunes se transmitió el primer capítulo de Tiro de gracia, la nueva producción del canal Caracol en la que el actor Róbinson Díaz interpreta dos personajes opuestos. Uno es Salvador Chaparro, un hombre que siempre soñó con ser actor, que vive en una situación económica precaria y que tiene que responder por su madre y su hija. El otro es Vicente Vallejo, quien tiene un pasado militar pero decidió adueñarse del negocio de las drogas y se convirtió en un mafioso cruel. Róbinson Díaz habló con Semana.com acerca del reto que aceptó al encarnar estos dos personajes. Semana.com: ¿Cómo fue el reto de representar dos papeles en Tiro de gracia? Robinson Díaz: Pues es un reto enorme, pero no el más grande de mi carrera. Yo he hecho muchas cosas en teatro y cosas que de pronto muy poca gente conoce, pero esto es un reto grande porque para que la compañía Caracol deposite la confianza en mí para hacer dos personajes es por algo, ¿no? Semana.com ¿Cuál podría ser entonces el reto más grande de su carrera? R. D.: Una vez en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán hice tres veces seguidas Hamlet. Tres veces en un mismo día. Semana.com: Y volviendo a Tiro de gracia, entonces, ¿usted tenía que interpretar a Vicente y de un momento a otro convertirse en Salvador? R. D.: Todo el esfuerzo nace de los libretos. Los libretos estaban muy bien estructurados, luego vienen los productores, el director Andrés Marroquín y el productor Peñalosa, los planes de grabación… Todos los técnicos, todo el equipo y los actores estábamos en función de esos planes de trabajo ergonómicos, basados en el esfuerzo físico que implicaba hacerlo, y la distribución por set a nivel energético, porque no se podía grabar como locos. Fue una ecuación matemática hacerlo, como un rompecabezas. Semana.com: ¿Qué fue lo que más le llamó la atención de los dos personajes? R. D.: La historia, la premisa fundamental de que a cualquier persona le podría pasar un chicharrón de estos, de que un malandro se enamore de alguien para que sea su doble, me pareció una premisa muy interesante. Muchos líderes mundiales han tenido dobles, Hussein, Hitler me parece que lo tuvo, hasta Escobar tenía sus dobles. Gente que podía estar en otro lugar mientras que el verdadero estaba en otro haciendo sus fechorías; entonces eso me llamó mucho la atención. El reto actoral, por otro lado, y la trama es vertiginosa, tanto del uno como del otro. Semana.com: ¿Qué es lo que más le interesa lograr con esta interpretación? R. D.: Mi único objetivo es entretener. Estoy en el show business y quiero presentarle a la gente entretenimiento de muy buena calidad. Caracol, empresa para la cual llevo ya 18 años como actor exclusivo, depositó toda la confianza en mí para hacer ese trabajo. Creo que estoy cumpliendo el reto porque una cantidad de dinero como la que ha empleado en un producto de esos no es para dársela a un aficionado. Estoy muy orgulloso. Por otro lado, mi único objetivo es entretener porque esto no es una historia de narcos. Semana.com: En Tiro de gracia están Salvador y Vicente interpretados por usted, ¿no existe el riesgo de que la gente se confunda? R. D.: Va a ser maravilloso. Va a ser maravilloso porque ese es uno de los objetivos, que la gente no sepa cuál es cual. Semana.com: ¿Qué piensa luego de verse en el primer capítulo? ¿Se ve a sí mismo? R. D.: Generalmente veo todo lo que hago, cuando tengo tiempo y estoy en las condiciones, claro, me dedico a ver lo que hago para corregir, para poder entrar a mejorar otras cosas sobre lo que estoy haciendo. Semana.com: Con su personaje el 'Cabo’ -de la serie El rey de los cielos- también ha tenido mucho éxito, ¿cómo se mueve la industria en México y cómo funciona en Colombia? R. D.: Son dos maneras de producir televisión, ellos tienen un mercado gigantesco, históricamente han sido los padres de la telenovela en Latinoamérica. Nuestra televisión es de muy buena calidad pero es más joven y más reciente, sé que gusta muchísimo. Gusta nuestro trabajo, nuestra manera de hablar y nuestras costumbres. Así sean duras nuestras temáticas, les encanta nuestra forma de representar la picardía, la alegría, nuestros dichos, el Caribe; les encanta lo que hacemos y ahora, así como ellos nos invadieron con culebrones, nosotros estamos invadiéndolos con televisión colombiana. Semana.com: Tiro de gracia también se basa en una temática sobre delincuencia, ¿esta producción en qué se va a diferenciar de las otras que se ven en la televisión colombiana? R. D.: Lo que yo defiendo es que está hecha con mucha calidad de la cual me siento muy orgulloso, es una historia que le puede estar ocurriendo a alguien en este momento. Frente al tema del narco y para meterme en esa polémica, hay otros que les interesa más, a mí cuando no me gusta algo agarro el control remoto y cambio de canal o no veo nada, es muy sencillo. El que quiere lo ve y el que no, puede cambiar de canal. No me voy a meter en peleas que no llevan a ninguna parte porque nosotros nos preocupamos por un montón de cosas y nos está ganando la competencia, nos están ganando los gringos, entonces mejor yo no me meto en esas discusiones. Semana.com: ¿Qué significa para usted volver a Colombia después de trabajar en México? R. D.: Yo no me he ido de Colombia, voy y vengo. En México les gusta mucho el trabajo que realizo, quieren que trabaje en El señor de los cielos, entonces voy pero es en calidad de préstamo, por eso es que en Caracol me tienen en proyectos especiales como este. Pero no me he ido y no siento la palabra regreso. Yo sigo haciendo espectáculos aquí, haciendo shows en México, en Latinoamérica, en Panamá, Estados Unidos, todo el tiempo estoy yendo y viniendo. Lo que pasa es que ahora es una fluctuación distinta, ya no me quedo esperando aquí, sino que estoy por toda Latinoamérica. Digamos que me he vuelto un embajador de la televisión colombiana, mal que bien, con todo su lastre y su grandeza. El señor de los cielos es un éxito mediático sin precedentes en México, también estoy haciendo un show que tiene que ver con mi experiencia en El cartel y me personaje el 'cabo', que yo no me explico por qué es un ídolo allá en México, con él he estado en plazas de toros, en teatros y en antros. El público mexicano es muy exigente y quiere mucho a sus artistas, los valora y paga. Es muy curioso porque en los shows míos se acaba primero el VIP y preferencial que las butacas baratas, entonces la gente quiere estar ahí pendiente y en primera fila. Significa una aceptación enorme, los mexicanos son muy celosos con su artistas y que acepten a un colombiano que no sea músico, y con ese personaje, es el premio actoral más grande que yo he recibido en mi vida.