Una vez más Meghan Markle es noticia y no es por algún escándalo relacionado con su salida de la familia real británica o alguna pelea con su familia en Estados Unidos. Todo lo contrario, Markle sigue posicionando su podcast ‘Archetypes’, en el que invita a mujeres famosas y relevantes de la escena internacional para tocar temas tan profundos como la maternidad y la salud mental.

Esta vez la duquesa estuvo acompañada de Sophie Trudeau, la esposa del primer ministro de Canadá Justin Trudeau. Las dos mujeres han tenido una amistad duradera desde que se conocieron cuando Markle aún era actriz y estaba dentro de las grabaciones de la serie ‘Suits’, que se grabó en Toronto.

Durante la charla, las dos mujeres se sinceraron sobre lo que significa “ser mamá y estar en el foco público”, asunto que las dos han tenido que vivir desde diferentes aspectos, Meghan siendo blanco de la prensa rosa y sensacionalista y Trudeau blanco de la política internacional.

Sobre el tema declararon que el hecho de tener que mostrarse exitosas y maternales al mismo tiempo genera una dualidad casi imposible de llevar a cabo. “Hemos caído en esta trampa de que nosotras, como mujeres modernas, podemos hacer cualquier cosa. Y aunque suena como un mensaje liberador, no lo es. De hecho podría asegurar que es algo tóxico… (Se está cayendo) en creencias equivocadas sobre quiénes deberíamos ser, unas personas perfeccionistas y con delirios de grandeza de que podemos hacerlo todo. Y no es así. Deberíamos salir por completo de esa locura”, declaró Trudeau.

Por su parte, Markle apoyó la teoría de Sophie y mencionó que dichas expectativas generan culpa, que también se afianza cuando se ve crecer a los hijos expuestos a los medios de comunicación porque su madre es reconocida. “Se sabe muy bien lo demoledora que puede ser la culpa derivada de las grandes expectativas. Esa culpa que sentimos las madres y las mujeres y que, en general, nos imponemos nosotras mismas”.

La duquesa también se animó a confesar cómo son sus mañanas y lo caótico que se vuelve el ambiente cuando tiene que cumplir con todas sus funciones como madre y esposa. “Para mí, es tener los dos monitores encendidos, estar siempre levantada con Lily, bajar las escaleras... Y media hora más tarde es Archie. Ser madre implica mucho trabajo. No sé cómo lo hacen quienes no tienen pareja”, declaró.

Meghan también declaró que es muy importante para ella hacerle el desayuno a su familia, pues es un momento en el que conectan a la perfección y se fortalece ese vínculo familiar, pilar para iniciar un buen día.

Tanto Meghan como Harry han sido blanco de infinidad de críticas y rumores por haber renunciado a sus funciones reales dentro de la familia real británica. Sin embargo, la razón más importante para haberlo hecho fue la salud mental de Meghan y la tranquilidad que le querían dar los dos duques a sus hijos, Archie y Lilibet.

Ahora que están fuera del círculo real, han podido desenvolverse laboralmente en diversas labores como el podcast de Meghan o los proyectos televisivos de Harry con productoras como Netflix, llevando una vida más “cotidiana” en Estados Unidos, criando a sus hijos sin los preceptos de la realeza.

Además, Harry no quería que Meghan viviera la misma historia de su madre, la princesa Diana, quien se consumió dentro de las exigencias de la familia real, llegando al punto de sufrir ansiedad y bulimia, lo que desencadenó en un divorcio mediático y la posterior tragedia en la que perdió la vida, a causa de la persecución desmedida de los paparazzi en París.