Tras varios meses viviendo en la mansión de Tyler Perry en Beverly Hills, el príncipe Harry y Meghan Markle, oficialmente se han mudado a Santa Bárbara, Estados Unidos. En su nuevo hogar, a una hora y media de Los Ángeles lejos de sus enemigos los paparazzis, van a compartir vecindario con celebridades como Oprah, Ariana Grande y Ellen Degeneres. Según información de Page Six, la pareja y su hijo se mudaron a su nueva casa a principios de julio en un vecindario donde las propiedades pueden llegar a costar hasta 100 millones de dólares.
La propiedad pertenecía al empresario ruso Sergey Grishin quien vendió la casa en pérdidas después de haberla adquirido en 2003 por 25,3 millones de dólares. Está ubicada en una calle privada en el conjunto exclusivo de Montecito donde todas las casas están diseñadas pensando en la privacidad. Inicialmente la pareja se quedó en Los Ángeles para estar cerca de la mamá de Meghan pero decidieron que era hora de sentar cabeza y tener su propio hogar.
La mansión de 4,438 metros cuadrados es de estilo mediterráneo y está rodeada de 5.4 acres de jardines. Consta de 9 habitaciones, 16 baños, una biblioteca, un gimnasio, un teatro en casa, un cuarto de juegos, una bodega de vinos, un garaje de 5 carros, una cancha de tenis, una piscina y una casa de huéspedes que es perfecta para la mamá de Meghan. Para obtener la casa, Meghan obtuvo una hipoteca de 9 millones de dólares y se especula que el príncipe Carlos les ayudó a pagar el excedente. Se espera que su nuevo hogar en Estados Unidos sea adecuado para que la pareja pueda criar a su hijo sin la presión de los tabloides y paparazzis con los que han tenido que lidiar desde el anuncio de su compromiso.
Desde su separación de la realeza inglesa el príncipe Harry ha tenido dificultades para cumplir su deseo de iniciar una nueva vida en Estados Unidos junto a su esposa. La prensa británica ha atacado su decisión de romper relaciones formales con la corona en cada oportunidad que encuentra y pintaron un cuadro melancólico de la situación de los duques, aislados a causa de la pandemia en una mansión prestada.
Tuvieron que posponer para 2021 el lanzamiento de su nueva fundación, Archewell. También han tenido problemas con el registro de esa marca, que cobijaría hasta un programa de televisión, por fallas en el trámite, dijo la prensa local. El príncipe ha visto paralizados, por la covid-19, sus planes de trabajar en turismo sostenible, con socios como Visa y Booking.com, aunque para muchos no tiene autoridad moral al respecto, dados sus frecuentes vuelos en avión privado.
Con la adquisición de esta nueva residencia los duques muestran que los planes de libertad que plasmaron en el libro ‘Finding freedom’ se están cumpliendo sin despedirse de las comodidades y lujos que dejaron atrás en Inglaterra.