Desde su estreno el pasado jueves, Monstruos, la historia de Lyle y Erik Menéndez se ha mantenido en los primeros lugares de preferencia de los usuarios de Netflix. Y sobran los motivos: este drama criminal lleva a los espectadores por la vida de un par de hermanos declarados culpables por los asesinatos de sus padres, José y Mary Louise ‘Kitty’ Menéndez, que estremecieron a la sofisticada Beverly Hills, el 20 de agosto de 1989.
Los dos fueron arrestados en marzo de 1990 y acusados, tras un mediático juicio, de asesinato en primer grado y conspiración para cometer asesinato en una de las habitaciones de la mansión de la familia. Seis años más tarde, ambos recibieron dos esperadas sentencias a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, aunque justamente en 2024, el año de estreno de la serie, surgieron nuevas pruebas que podrían conducir a su liberación. Mientras tanto, los parricidas cumplen cadena perpetua en el centro penitenciario RJ Donovan, de la ciudad de San Diego.
El elenco de esta producción está liderado por Javier Bardem, en la piel de José Menéndez, un cubano que llegó a Estados Unidos en los años 60, persiguiendo el sueño americano, y que a la postre se convierte en un millonario de la industria discográfica, que estuvo detrás de agrupaciones tan reconocidas como Menudo.
De hecho, hace más de un año, el cantante Roy Rosello, exintegrante del grupo, denunció haber sido violado por José Menéndez cuando el artista tenía solamente 13 años. La denuncia fue aportada por el abogado de los hermanos Menéndez, interpretados por Nicholas Chávez y Cooper Koch, con la intención de revocar la sentencia.
Los protagonistas no quedaron satisfechos
Pero, más allá de ser crimen a sangre fría, planeado con antelación, el drama aborda los desgarradores abusos sexuales que Lyle y Erik denunciaron haber sufrido a manos de su padre, desde que ambos eran solo unos niños.
A pesar del éxito, Erik Menéndez, el menor de ellos, calificó la nueva serie como un “retrato deshonesto” de los crímenes que él y su hermano cometieron. Y acusó, además, al creador de la serie, Ryan Murphy, de “calumnia desalentadora”.
“Creía que habíamos dejado atrás las mentiras y las devastadoras representaciones del carácter de Lyle, que lo retratan como una caricatura basada en horribles y descaradas falsedades que la serie ha perpetuado. Solo puedo suponer que lo hicieron a propósito”, manifestó Erik en X.
Y agregó: “Me invade una profunda tristeza, porque no puedo creer que Ryan Murphy sea tan ingenuo e impreciso respecto a lo que realmente ocurrió en nuestras vidas como para hacer esto sin mala intención”.
Menéndez aseguró sentir “una gran decepción al ver que la representación engañosa de Netflix sobre las tragedias relacionadas con nuestro caso distorsionó la verdad y volvió a alimentar la narrativa de la fiscalía. Esta versión errónea sostenía que los hombres no podían sufrir abuso sexual y que el trauma de la violación no los afectaba igual que a las mujeres”.
A lo largo de las últimas dos décadas, añadió, “esas terribles mentiras fueron desmentidas y expuestas por miles de víctimas que superaron la vergüenza y tuvieron el valor de compartir sus historias. Sin embargo, ahora Murphy construye su distorsionada narrativa mediante una grotesca y vil caracterización de Lyle y de mí, acompañada de oscuras calumnias”.