En su última entrevista con SEMANA, la Gorda Fabiola, fallecida este jueves, 19 de septiembre, narró cómo vivió con su familia la noticia de que Nelson David, su hijo con el también humorista Nelson Polanía, Polilla, era gay. “Perdí un hijo, pero gané una amiga”, aseguró en ese momento.

El asunto no fue fácil para ninguno de los tres: para la Gorda Fabiola, asimilar que su hijo tenía una orientación sexual diferente supuso una íntima confrontación que puso a prueba su formación de tantos años en un hogar “ultraconservador”.

Para Nelson Polanía fue duro tropezar de repente con la idea de que su único hijo varón tenía una orientación sexual distinta. Y para Nelson David, el hijo de ambos, confesárselo al mundo implicó una decisión que le tomó muchos años de soledad.

La Gorda Fabiola. | Foto: Heydi León

Nelson David, de 24 años y graduado como antropólogo, se refiere a sí mismo como el “hijo niña” de la casa, y cuenta que hace tres años tuvo “la valentía de compartir” su orientación sexual.

La Gorda Fabiola, quien ya tenía dos hijos de su primer matrimonio, lo interrumpió en ese momento de la entrevista y le lanzó una mirada de orgullo: “Valentía está muy bien dicho, porque se necesita ser muy macho para salir del clóset en Colombia, un país machista y prejuicioso”.

La popular humorista —con 61 años de vida y cerca de 40 en Sábados felices, el programa de Caracol TV que la dio a conocer—, antes de enterarse de la verdad de labios de su hijo, pensaba que ese tipo de “inclinaciones” (corrige: “orientaciones sexuales”) eran asunto de otros. Algo ajeno.

“Disfrutaba mucho las imitaciones de homosexuales, en las que decían que se dedican a la peluquería y esas cosas. Se me hacían personajes divertidos. Pero poco sabía de ellos hasta que mi hijo nos hace la confesión. A mí lo único que se me ocurrió decirle fue: permíteme conocer tu mundo para entenderte y seguirte amando”, confesó la artista.

Es que no fue fácil, dijo en ese momento: “Soy una mujer del siglo pasado, criada en un ambiente ultraconservador. Mi papá jamás me perdonó el divorcio. Era de los que decía que el matrimonio es para toda la vida”.

La Gorda Fabiola y su hijo Nelson Polanía Jr. | Foto: GUILLERMO TORRES

Sentado a su lado, Nelson David recordó esos primeros años en los que se preguntaba por qué “no le gustaban tanto las niñas”. Admitió que por entonces empezó “a dudar” de sí mismo e inició “un proceso en el que al final pude darle nombre a eso que sentía desde pequeño. Fue algo que me acompañó toda la vida. Solo que hasta ahora tomé la valentía de contárselo a mi familia, a mis amigos. Y, como hijo de dos comediantes famosos, también se lo tenía que contar a Colombia”.

El joven no encontró mejor momento para revelar la verdad que un 28 de junio, Día del Orgullo Gay. “Ese día iba a asistir a la marcha en Bogotá. Era 2019. Al salir les dije: voy a acompañar a unas amigas a la marcha del Orgullo. Mi mamá lo tomó con calma. Pero mi papá empezó a preguntarme por qué iba. Me persiguió hasta la puerta de la casa y la cerró de golpe. Me insistió en que no le gustaba que fuera. En ese momento, me derrumbé y me encerré en la habitación a pensar todo el día. En medio de todo, se me cruzó por la cabeza contarles. Es ahora o nunca, dije. O les confieso mi sexualidad y Dios sabe qué pasará, o me quedo encerrado en esta prisión”.

Lo que sucedió después aún le emociona las palabras. Decidido, esa misma noche se fue al cuarto de sus papás y a punto de soltar las lágrimas sacó las fuerzas necesarias: “Oye, pa’, te tengo que contar algo”. Y se lo narró “en medio del llanto”, dice.

“Uno piensa lo peor, uno dice: me va a tocar irme de la casa, mantenerme solo. Pero la sorpresa fue que en ese momento mi papá, simplemente, en silencio, me abrazó durante unos minutos. Y me calmó”, recordó Nelson David.

La Gorda Fabiola. | Foto: GUILLERMO TORRES

Fabiola estaba convencida de que a un hijo no lo define su “orientación sexual”. Mirando a Nelson David, aseguró que “de la cintura para abajo, el placer le pertenece a él. No al papá o a la mamá. Lo único que nos queda como padres es acompañarlos en este camino, en el que la sociedad te discrimina, en el que los intolerantes te matan”.

“Siento que al hacer público esto nuestra familia se convirtió en un ejemplo de esas familias que abrazan la diversidad. He notado muchísimo que se acercan mamás, hermanas y hasta los propios hijos a preguntarnos qué hacer en estos casos. Porque les da mucho miedo salir del clóset o no saben las mamás cómo reaccionar”, reflexionó la desaparecida y querida humorista.