Leyendas del rock como Bob Dylan, Stevie Nicks y Neil Young han aprovechado el momento para vender los derechos de sus canciones. El último catálogo que está para venta es el del difunto David Bowie, quien falleció de cáncer en 2016, que incluye éxitos tan populares como Let’s Dance, Heroes y Major Tom.
Los herederos –su hijo Duncan, su hija Lex y su esposa Iman– pusieron en subasta el catálogo, cuya oferta asciende a 200 millones de dólares. Según el diario The Financial Times, las negociaciones estarían en una etapa avanzada, puesto que la música de los cantantes de antaño hoy es muy rentable y atractiva para los inversionistas gracias a la popularidad de servicios como Spotify y Apple Music.
Fue precisamente el surgimiento de estos servicios de streaming lo que llevó a Bowie a predecir que “la música en sí misma se convertirá en agua corriente o electricidad” y que, por lo tanto, era mejor prepararse para hacer muchas giras a fin de ganar dinero.
Vivo de milagro
Brian Cox, el actor que interpreta a Logan Roy en la exitosa serie Succession, acaba de lanzar su libro Putting the Rabbit in the Hat, una autobiografía en la que revela detalles de su vida. Uno de los que más ha cautivado es que el actor, de 75 años, estuvo a punto de morir dos veces en accidentes aéreos.
La primera vez fue en 1965, cuando viajaba desde Edimburgo a Londres para atender una audición frente a sir Laurence Olivier, que luego fue cancelada. Él finalmente no voló, pero su sorpresa fue mayor cuando al otro día se enteró de que el avión se estrelló en la pista, lo que ocasionó la muerte de todos abordo.
Luego tuvo una experiencia similar durante un vuelo entre Nueva York y Los Ángeles el mismo día de los ataques al World Trade Center. Pero la sorpresa esta vez fue conocer que entre algunos pasajeros que perdieron ese vuelo en el que él viajaba estaba un grupo de terroristas que pensaba estrellar el avión contra una edificación icónica.
Será Griselda Blanco
Sofía Vergara acaba de firmar un contrato con Netflix para hacer el papel de Griselda Blanco en la serie del mismo nombre, que contará en seis capítulos la vida de esta narcotraficante colombiana.
También conocida como la Madrina’ o la Viuda Negra, Blanco se hizo famosa en los años ochenta cuando el tráfico de estupefacientes entre Colombia y Estados Unidos tuvo su furor. En este tiempo, logró manejar un imperio de miles de millones de dólares cuando la mayoría se enfocaba en otros capos como Pablo Escobar. Para perdurar en el negocio se inventó tácticas sangrientas como los sicarios de motocicleta y dicen que alcanzó a asesinar a 200 personas.
Vergara ha dicho a la prensa que está feliz con el proyecto. No es la primera vez que la historia de Blanco va al cine o la televisión. Catherine Zeta Jones ya la había interpretado en la película Cocaine Godmother y se rumora que Jennifer López trabaja hoy en la producción The Godmother para STXFilms, lo que demuestra la fascinación por este personaje.
Demanda a la vista
Sigue la investigación por la muerte de Halyna Hutchins, la directora de fotografía a quien Alec Baldwin disparó accidentalmente durante la grabación de Rust causando su muerte. Aunque en un comienzo el actor y los familiares de Halyna tuvieron un encuentro cordial después de su muerte, esta semana se conoció que su esposo Mathew Hutchins y su hijo Andros (de 9 años) contrataron a una firma de abogados para que los represente en un juicio por muerte injusta.
Esto hace prever que habrá citación de testigos, entre los que podría estar el propio Baldwin, para que den cuenta de por qué había una bala verdadera en el arma, que debía disparar solo salvas. Pero Mathew no ha sido el único en armarse legalmente. La armera Hannah Gutierrez-Reed también contrató a un grupo de abogados para su defensa y, en una conferencia de prensa, estableció la teoría de que alguien descontento en el set habría puesto la bala verdadera, en un intento por sabotear la película y mostrar los problemas en la producción.
Mientras tanto, Baldwin ha sido criticado por disfrazarse en Halloween junto a sus seis hijos como si nada hubiera pasado.
Llamados al juicio
Contra los pronósticos, todo indica que el duque de York, de 61 años, tendría que presentarse en Nueva York para atender el juicio que entabló en su contra Virginia Giuffre. La mujer, de 38 años, alega que fue reclutada por Jeffrey Epstein, quien se suicidó en prisión en 2019 en espera de juicio por tráfico sexual. Como parte de ese crimen organizado, Giuffre dice que el príncipe Andrés abusó sexualmente de ella.
Se espera que el duque, Giuffre y diez testigos más den declaraciones antes del juicio. Y la sorpresa es que entre esos testigos están la exesposa del duque, Sarah Ferguson, duquesa de York, y sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia. Esto a raíz de que él dijera que estaba con sus hijas la noche en la que Giuffre alega que se vio obligada a tener relaciones sexuales con el príncipe. El duque lo niega todo y pidió, mediante sus abogados, que cerraran el caso, pues todo lo que quería Giuffre era dinero.
¿Hipócritas?
Los dignatarios que se hicieron presentes en Glasgow para la conferencia climática COP26 han sido muy criticados por los ambientalistas. La mayor fuente de quejas se dio por el hecho de que la mayoría llegó en sus aviones privados, lo que claramente representa una cantidad enorme de emisiones de CO2, las mismas que pretenden rebajar en dicha cumbre.
Para muchos de los activistas esta es una demostración de que ellos no imponen el ejemplo. Entre los más criticados estuvo Boris Johnson, quien pudo haber viajado en tren a Londres, pero optó por un vuelo privado. También dicen que muchos de los viajes pudieron hacerse en aviones comerciales con pasajeros regulares.
Según los diarios ingleses, la conferencia climática generó tanto dióxido de carbono como lo emiten 4.200 británicos en un año, esto por cuenta en mayor medida de los 200 a 400 aviones privados que llegaron al sitio desde todo el mundo, de los cuales los jets pequeños fueron los más contaminantes. Dicen los expertos que emiten diez veces más gases de efecto invernadero por pasajero que los vuelos programados comerciales.