El baterista del reconocido grupo de rock estadounidense Foo Fighters, Oliver Taylor Hawkins, murió a los 50 años en un hotel ubicado en el norte de Bogotá, poco antes de que la banda se presentara en el Festival Estéreo Picnic, a las afueras de la capital colombiana.
A través de un comunicado emitido en redes sociales en la noche del viernes 25 de marzo, sus compañeros confirmaron la trágica noticia y lamentaron la pérdida del talentoso músico de la agrupación –ganadora de varios premios Grammy–, quien se había unido como baterista a la banda en el año 1997.
Las autoridades le confirmaron a SEMANA que el famoso baterista de Foo Fighters murió por sobredosis de heroína mezclada con antidepresivos y benzodiazepina. Los exámenes forenses realizados al cadáver también dieron positivo para marihuana; en total le fueron halladas trazas de por lo menos 10 sustancias.
La alcaldía de Bogotá había informado inicialmente que la línea de emergencia local recibió la noche del viernes un llamado para atender a un “paciente con dolor en el pecho” en un hotel del norte de la ciudad. Sin embargo, cuando el personal médico llegó hasta el lugar, intentaron realizar las maniobras de reanimación, pero Hawkins ya había fallecido.
Las razones de su muerte determinadas mediante los exámenes forenses –que evidenciaron el consumo de sustancias como heroína mezclada con antidepresivos y benzodiazepina– revivieron uno de los episodios más difíciles que superó Oliver Taylor Hawkins en el año 2001, cuando estuvo una semana en coma por una sobredosis de heroína.
Hawkins se vinculó a los Foo Fighters en 1997, cuando fue contratado por el cantante principal y antiguo baterista de Nirvana Dave Grohl. Pocos años después el baterista sufrió una sobredosis en Londres, Reino Unido, que casi le cuesta la vida. Incluso, su compañero de agrupación y amigo Dave Grohl compuso el tema “On the mend”, inspirado en ese difícil momento.
“Creía en el mito de morir joven”
En una entrevista concedida en 2021 a la revista inglesa Kerrang!, especializada en rock, el baterista Oliver Taylor Hawkins reconoció los excesos de droga que pusieron en riesgo su vida hace dos décadas.
“Cada uno tiene su propio camino y yo lo llevé demasiado lejos. Estaba de fiesta en Londres una noche, y por error hice algo y cambió todo. Creí en el mito de mierda de vivir duro y rápido, morir joven”, aseguró Hawkins en diálogo con esa revista inglesa, mientras reconocía que el consumo de drogas “casi lo atrapó” en ese momento.
“No estoy aquí para predicar sobre no consumir drogas, porque me encantaba hacerlo, pero me descontrolé por un tiempo y casi me atrapó. Me dirigía por un camino que iba a conducir a caminos aún peores”, admitió el baterista. “Me alegro que eso me golpeó en la cabeza en ese momento. Tampoco quitaría nada de lo que he hecho o pasado, porque todo es parte del viaje”, agregó.
Años después de ese episodio crítico con su salud, Hawkins resaltó que muchos de sus hábitos habían cambiado y que su estilo de vida era “muy normal” y saludable. “No llevo el estilo de vida de una estrella de rock. No vamos a fiestas en Hollywood, ni tengo una lista de teléfonos de actores y ese tipo de cosas”, dijo el artista en un documental sobre la banda publicado en 2011.
También resaltó que el nacimiento de sus hijos fue uno de los motivos por los que estaba llevando un estilo de vida diferente. Cabe resaltar que el músico estadounidense estaba casado con la ilustradora Alison Hawkins, con quien tuvo tres hijos. Sin embargo, su inesperada muerte en un hotel de Bogotá revivió el pasado del artista y su lucha con el consumo de drogas.
“La familia Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura pérdida de nuestro querido Taylor Hawkins”, indicó la banda en un comunicado publicado en sus redes sociales. “Su espíritu musical y su contagiosa risa vivirán con todos nosotros para siempre”, agregaron. La banda de rock canceló su show en Colombia y su próximo concierto programado el 27 de marzo en Sao Paulo.
*Con información de la AFP.