El pasado 3 de febrero el mundo supo la trágica noticia del fallecimiento del diseñador y empresario Paco Rabanne, a sus 88 años, deceso que tuvo lugar en el domicilio del ícono de la moda en la aldea de Portsall, en el municipio de Ploudalmézeau, en el Finisterre francés, país donde se refugió desde muy pequeño luego de la guerra civil española.

Luego de unos días vertiginosos en los que familiares y su equipo más íntimo de trabajo tuvo que ultimar los detalles para dejar organizado el legado del “metalúrgico de la moda”, como la misma Coco Chanel lo apodó, pues él hispanofrancés fue uno de los pioneros en usar el metal como material para hacer diseños futuristas, sexys, transgresores e imponentes.

Tal como informó el grupo Puig, dueño de la marca Paco Rabanne, el cuerpo del diseñador fue cremado en la Bretaña francesa, en medio de una solemne y muy íntima celebración a la que no tuvo entrada ni la prensa ni luminarias del mundo de la moda, solo aquellos que acompañaron al diseñador hasta sus últimos días.

Paco Rabanne (Photo by Lalo Yasky/WireImage) | Foto: Getty Images

Las exequias del diseñador estuvieron rodeadas de una gran polémica no solo por el fallecimiento de Rabanne, sino por el robo que sufrió su residencia la noche siguiente a la de su deceso, tal como informó el diario francés Le Telégramme. Los individuos habrían entrado buscando grandes sumas de dinero y objetos de valor incalculable, pero no contaron con el estilo austero del ícono de la moda y el botín habría sido mínimo.

Paco Rabanne (Photo by Carlos Alvarez/Getty Images) | Foto: Getty Images

“Los ladrones pensaban que había un montón de cosas de valor dentro... Ya sea Paco Rabanne u otra persona, es muy chocante ir a robar a alguien que acaba de morir”, declaró Marguerite Lamour, la alcaldesa de esta localidad, al diario francés.

Un ícono de la moda

El diseñador nació en el 18 de febrero de 1934 en Guipúzcoa (territorio español y una de las tres provincias que forman la comunidad autónoma del País Vasco) en 1934. Rabanne estudió y se diplomó en Bellas Artes en París (sección arquitectura). Empezó diseñando accesorios, joyas, corbatas y botones para Dior, Saint-Laurent o Cardin. Luego, decide lanzarse por su cuenta al mundo de la moda, con la idea de introducir nuevos materiales y técnicas.

“Su espíritu rebelde, radical, le dio un nombre aparte. Solo hay un Rabanne. Su fallecimiento nos recuerda de nuevo su enorme influencia en el diseño contemporáneo, un espíritu que pervive en la casa que lleva su nombre”, declaró José Manuel Albesa, presidente de la división de productos de belleza y perfumería de Puig, compañía que también expresó su dolor por la pérdida del diseñador: “Paco Rabanne hizo de la transgresión algo magnético. ¿Quién si no él podía convencer a la mujer parisina para que exigiera vestidos hechos de plástico y metal?”.

Esta compañía empezó una colaboración con el diseñador en 1968, con un primer perfume, Calandre, que tuvo un gran éxito. Luego, en 1986, compró totalmente Paco Rabanne, además de que ya tenía en su poder las marcas Nina Ricci o Carolina Herrera, así como los perfumes de Prada y Comme des Garçons.

Adepto al esoterismo, Rabanne también se hizo un nombre a través de sus declaraciones excéntricas. “Me gusta el esoterismo desde mi más tierna infancia. Mi madre era muy pragmática, pero mi abuela era chamán, me inició muy pronto en el conocimiento del mundo. La moda me permitió ganarme la vida, pero no era realmente mi centro de interés”, explicaba en una entrevista en 2005.

Ingrid Seynhaeve, designer Paco Rabanne's top model, during a fitting session with the designer in his Paris studio on January 30, 1991. (Photo by julio donoso/Sygma via Getty Images) | Foto: Julio Donoso

Paco Rabanne creía en la reencarnación, y mencionaba que había tenido otras vidas en el pasado, entre ellas la de una prostituta amante del rey Luis XV. También aseguraba que había visto a Dios y que había recibido la visita de extraterrestres.

Además de ser experto en moda y en perfumes, Paco Rabanne era escritor. En 1999 anuncia en uno de sus libros, ‘El fuego del cielo’, la destrucción de París a causa de la caída de la estación espacial Mir, apoyándose en una lectura muy personal de las profecías de Nostradamus.