Desde que Shakira presentó su más reciente canción junto al productor argentino Bizarrap, la BZRP Music Session # 53, se han desatado toda suerte de reacciones.
Por un lado, decenas de artistas, desde Carlos Vives hasta Paquita la del Barrio y Alejandro Sanz, han aplaudido la propuesta musical de la colombiana en la que, sin filtros, lanza fuertes críticas contra su expareja Gerard Piqué –de quien se separó en junio pasado tras doce años de relación– y su actual novia, Clara Chía Martí.
Pero otras figuras, sin embargo, han mostrado su molestia no solo por el contenido de la canción, sino por la repercusión mediática que ha tenido, desde el pasado 11 de enero, cuando se publicó en las más importantes plataformas musicales.
Una de esas voces críticas es la de la escritora y periodista española Rosa Montero, actual columnista del diario El País y ganadora, entre otros reconocimientos, del Premio Nacional de las Letras.
No es la primera vez que Montero cuestiona a la colombiana. Años atrás, poco después de la presentación de Shakira en el entretiempo del Super Bowl, junto a JLo, la española publicó la columna Mostrar el culo criticó el show de ambas artistas: “Yo lo que vi fue a dos artistas importantes, dos mujeres que han luchado mucho y que son en efecto poderosas, saliendo al escenario a vender unos cuantos kilos de carne”.
En esta ocasión, Shakira vuelve a ser tema de una de sus columnas. En la más reciente, publicada en el periódico ‘El País’, titulada “Aullar a la Luna”, la autora no se ahorra críticas contra la artista barranquillera.
En el texto arranca disculpándose con los lectores por inspirar su columna en la reciente canción de Shakira, un asunto que le parece trillado: “Ya sé que estáis hartos del tema. Yo también lo estoy (...) Supongo que, con dos semanas más de machaque mediático, debéis de tener las cabezas laminadas”, se queja Montero.
Y enseguida cuestiona lo que denomina “la colosal repercusión de semejante nimiedad, una mera rencilla de divorcio”.
La escritora se pregunta “qué afición tiene la gente hacia la desgracia ajena, cómo disfruta con la humillación de los poderosos, qué oscuro deleite experimentan muchos cuando algún famoso es apaleado públicamente. Como si se dijeran: míralo, tanto éxito, tanto dinero y tanta popularidad, pero… tomaaaaa. Son sucesos que excitan la parte más ruin de lo que somos”, reflexiona la autora de premiadas novelas como La loca de la casa, La ridícula idea de no volver a verte y El peligro de estar cuerda.
Sin embargo, sostiene que lo que más le ha llamado la atención y la ha dejado “preocupada” es la ola de aplausos que ha recibido la cantante, “y que encima se diga que su comportamiento es feminista”.
La autora deja claro que Shakira le encanta, porque se trata de una artista “atractiva, pícara, graciosa, seductora y simpática”, dueña de un gran “talento y brillo especial”, que no vale “por dos de 22, sino por mil” –parafraseando la BZRP Music Session # 53–, advierte que la colombiana “no tiene que compararse con nadie, porque es tremenda”.
También le dedica unas palabras a Piqué: “Siempre me ha parecido bastante marmolillo (torpe, poco hábil o inteligente), ni siquiera me resulta especialmente guapo y no me cae bien”.
Pero, la cuestión, según Montero, “no consiste en ver con quién te posicionas ni a quién das la razón en su turbulenta guerra de desamor (cada cual tendrá su versión de la ruptura y, sinceramente, a mí me importan ambas un bledo), sino en mirar con un poco de sensatez lo que está pasando”.
En palabras de la autora “no se entiende “que hoy, más de medio año después”, saque una tercera canción dedicada a Piqué, “cada vez más agresiva, más faltona y patética”.
“A mí me da mucha pena que esa artista estupenda siga centrando todo su trabajo y su creatividad en su exmarido. Es decir, centrando su vida en él. La historia de la música popular está llena de canciones de despecho amoroso, cosa por otro lado bastante normal; en el escozor de la herida uno se calienta y pierde los papeles, lo comprendo, es humano. Venga, vale un tema de venganza en plena pelea, e incluso, apurando muchísimo, hasta dos. Pero, por todos los santos, es que esta canción de Shakira ya es la tercera con la que atiza a Piqué, y el paso del tiempo no solo no merma su rencor, sino que va subiendo el voltaje de la inquina”, critica Montero.
Y califica la Session # 53 como “una pantomima de golpes de pecho a lo gorila que evidencia que Shakira sigue colgada de su ex y que continúa llorando por las esquinas. Una obcecación lastimosa que además empequeñece su talento. Porque utilizar su don musical para estas miserias va a llenarle los bolsillos de millones, desde luego (la carnaza se vende muy bien), pero estoy segura de que, a la larga, los excesos biliosos dañan la delicada nuez de lo creativo”.
Shakira, dice Montero, “está interpretando a la perfección el triste y tópico papel de mujer despechada, con rabiosos ataques a la rival incluidos. Qué convencional y qué machista, pero, sobre todo, qué innecesario, porque estos melodramas de furia y reconcomio sucedían sobre todo cuando las parejas tradicionales se rompían y la esposas, que no tenían otra vida pública y social que la del varón, se quedaban en el aire, en la nada”.
Y la autora se pregunta: “¿Shakira? Demonios, que es Shakira. Apena y abochorna el papelón que está haciendo. Dan ganas de decirle: venga, cariño, ¿no eres una loba? Pues actúa como una loba y aúlla a la Luna, no al petardo de tu exmarido. Levanta la cabeza y mira al cielo, en vez de seguir arrastrando los ojos, el corazón y el orgullo por los suelos”.
Por no hablar –dice Montero– “del horror que es hacer y decir semejantes cosas ante tus hijos”.