Con solo 4 años, Heidi Hankins acaba de ingresar a Mensa, la asociación internacional de superdotados. La niña tiene un coeficiente intelectual (IQ) de 159, solo un punto por debajo del de Albert Einstein y Stephen Hawking. Se considera que un adulto promedio tiene un IQ de 100 y uno sobresaliente, por encima de 140. Los padres de la pequeña descubrieron su talento cuando las profesoras del jardín donde estudiaba se quejaron porque no sabían en qué otras actividades ocuparla. Heidi, nacida en Winchester, al sur de Inglaterra, aprendió a leer por su cuenta a los 2 años. 12 meses después, ya sabía sumar y restar, escribir oraciones coherentes y recitar poemas. Pero ella no es la integrante más joven del exclusivo club: en 2009 Oscar Wrigley, de 2 años, se convirtió en el primer niño prodigio en ser admitido en Mensa, con un IQ de 160.