Después de una espera de años, a las actrices de la célebre comedia se les cumplió el deseo de una continuación de la serie que las hizo en todo el planeta. No obstante, de acuerdo con medios como el Daily Beast, la producción de And Just Like That, como se titula el programa, está resultando tan caótica como la vida sentimental de Carrie Bradshaw, el personaje principal y quizá el más famoso de todos, encarnado por Sarah Jessica Parker.
El primer revés se dio cuando se supo que las cuatro amigas ahora solo serán tres, Carrie, Miranda (Cynthia Nixon) y Charlotte (Kristin Davis); Kim Cattrall, la intérprete de la alocada Samantha Jones, resolvió decirle adiós para siempre al personaje, que le ponía mucho colorido al programa con su subido picante sexual. La artista, de tiempo atrás, se había mostrado renuente a seguir alargando la presencia de la comedia en las pantallas.
Como se recuerda, la obra no solo fue exitosa en la pantalla chica, sino que sus dos entregas en cine también fueron muy bien recibidas por el público. Empero, en 2017, cuando se proyectaba hacer una tercera película, ella se negó a participar. “De muchas maneras, el programa y las películas han sido una bendición, pero para mí ya fue suficiente”, le declaró Cattrall a The Guardian, de Londres, en 2019. “No sé por qué, sencillamente, no me reemplazan por otra actriz, en vez de estar perdiendo tiempo acosándome. No es no”, agregó, trayendo a cuento lo mucho que HBO y sus propias colegas le han insistido para que se integre de nuevo a la producción.
Detrás de todo ello están los conflictos que Cattrall ha tenido con sus compañeras, en especial con Parker. Cuando la serie estaba al aire, entre 1998 y 2004, hubo diferencias entre ellas alrededor de la equidad en sus salarios. En 2018, Sarah Jessica publicó en Instagram un mensaje de condolencia a Cattrall, cuando su hermano fue encontrado muerto y obtuvo una agria respuesta: “Permíteme ser muy clara. Tú no eres mi familia. Tú no eres mi amiga. Entonces, estoy escribiendo para decirte por última vez que pares de explotar nuestra tragedia con el fin de restaurar tu imagen de niña buena”.
Ahora, su ausencia del programa, que cuenta las vivencias de cuatro amigas en Nueva York, está levantando inquietudes de que los nuevos episodios no sean lo que fueron antes sin Samantha.
Otro escollo que ha afectado a la nueva producción es la confusión que ha habido en cuanto a cuáles actores retomarán sus roles. Un fiasco, por ejemplo, fue considerado lo que pasó con Chris Noth, intérprete de Mr. Big, el amor de Carrie, quien termina casándose con ella en la primera versión para cine.
En principio, se dijo que el actor estaría en la nueva versión, pero en febrero pasado se informó que no sería así, para gran desconsuelo de los fans. No obstante, el alma les volvió al cuerpo cuando Noth mismo confirmó que sí volvía. Se rumora que no fue fácil llegar a un acuerdo económico con él y por eso las contradicciones.
En julio, luego de retrasos a causa de ese y otros problemas para armar el reparto, comenzaron las grabaciones y no tardaron en aparecer nuevos problemas. Actores y productores quedaron asombrados al ver fotos del set en lo tabloides. Fue una filtración por parte no solo de los paparazzi, sino además de los transeúntes, pues parece que no se tomaron las suficientes medidas para aislar al equipo del público.
La preocupación corrió por el lado de la moda, que, como se sabe, es un fuerte componente de la serie. Que los modelos exclusivos que las artistas lucirán en los capítulos se conozcan antes de tiempo es un verdadero problema, pues las casas cifran en ello el éxito futuro de sus prendas.
Otro inconveniente que afrontó la serie fue la filtración de aspectos del guion. Un paparazzi le vendió a Page Six, sección de entretenimiento del New York Post, una foto de los libretos en la cual se lee que Carrie está en proceso de divorcio de Mr. Big y que sostienen una amarga pelea por asuntos financieros.
Fue una muy mala noticia, pues si algo tiene de atractivo la continuación de un programa tan popular es sorprenderse con la suerte que han corrido los protagonistas tantos años después de no verlos. Incluso, no han faltado los agoreros que ya suponen que tantos problemas son solo el presagio de que Sex and the City no es la excepción a la creencia de que segundas partes nunca fueron buenas.