La tormenta no termina para el príncipe Andrés de Inglaterra, el hijo menor de la reina Isabel que está en el medio de un escándalo de pedofilia y abuso de menores por culpa de su amistad con el fallecido multimillonario Jeffrey Epstein. Luego de unos meses lejos de los focos, gracias a que su sobrino Harry se llevó toda la atención al renunciar a su vida en la realeza, su caso está volviendo a las primeras planas. Y todo porque esta semana el fiscal de Nueva York que investiga el caso de tráfico sexual de menores dijo que él no estaba colaborando con la investigación, como se había comprometido a hacerlo.
El funcionario dijo que no suele informar sobre las personas que cooperan o no con una investigación, pero que en este caso haría una excepción porque el propio príncipe se ofreció ayudar. "Es justo que la gente sepa si el príncipe Andrés ha cumplido con su compromiso público", dijo. Andrés, quien está acusado por Virginia Guiffre, una de las víctimas de Epstein, de haberse acostado con ella tres veces cuando ella aún era menor de edad, ha negado las acusaciones de forma torpe y se ha ganado la antipatía de muchos británicos, lo que llevó a su madre, la reina, y a su hermano, el príncipe Carlos, a pedirle que se retirara de la vida pública y que se alejara de sus labores en la familia. Pero aún así, se había comprometido a colaborar con el FBI y con las autoridades estadounidenses, contando todo lo que sabía sobre su amigo Epstein. La confirmación de que no está cumpliendo con su palabra indignó a las víctimas del millonario pedófilo. Tanto, que sus abogados instaron este martes al príncipe a testificar.
La abogada estadounidense Gloria Allred, por ejemplo, que representa a cinco mujeres que dicen haber sido agredidas por Epstein, afirmó que el duque de York tiene "la obligación moral" de reunirse con el FBI y que el hecho de que no lo haga representa "un perjuicio para las víctimas". "Hace mucho tiempo que debería haberlo hecho, o explicar por qué no lo hará, y no ha hecho ninguna de las dos cosas", dijo en una entrevista con la radio pública británica BBC. "Si no ha hecho nada malo, que es lo que parece ser lo que ha afirmado, entonces ¿por qué no habla con las fuerzas del orden?", lanzó. "Dispuesto a ayudar" Epstein, un millonario de 66 años que era amigo de varias celebridades -incluido el presidente Donald Trump-, se suicidó en una cárcel de Nueva York en agosto tras ser acusado por la fiscalía de abusar sexualmente de decenas de jovencitas. Aseguraba ser inocente, pero enfrentaba hasta 45 años de cárcel si lo declaraban culpable de traficar con menores de edad.
En noviembre, el príncipe Andrés dio una polémica entrevista a la BBC en la que defendió su amistad con Epstein. Esto resultó desastroso para él y se vio obligado a dimitir de sus funciones oficiales. "Lamento inequívocamente mi imprudente asociación con Jeffrey Epstein", dijo en un comunicado tras recibir numerosas críticas. La muerte de Epstein fue catalogada como un suicidio. Los dos guardias que debían vigilarlo en la madrugada no lo hicieron. Varias teorías conspirativas circulan sobre su muerte. Algunas señalan que fue asesinado para evitar que revelase información sobre sus poderosos amigos.
Su muerte privó de justicia a varias víctimas, que esperan no obstante obtener indemnizaciones económicas por los abusos sufridos. Epstein ya había sido condenado en Florida en 2008 por pagar a jovencitas a cambio de que le hicieran masajes sexuales, pero solo pasó 13 meses en la cárcel tras alcanzar un acuerdo secreto con el fiscal del estado. El príncipe Andrés, por su parte, ha salido avante de las acusaciones, aunque cada vez hay más presión sobre él para que hable y diga lo que sabe. * Con información de AFP