Tras alejarse de la monarquía británica y mudarse a California, el príncipe Harry y Meghan comenzaron una nueva vida. La decisión de separarse de la realeza no significa que dejan a un lado su vida de lujos. Por el contrario, la pareja se mudó a una lujosa propiedad a menos de dos horas de Los Ángeles y firmó un contrato de US$150 millones con Netflix. A pesar de la pandemia, el hijo menor de la princesa Diana y su esposa idearon la forma de continuar con sus charlas de manera virtual. Su participación en un evento cuesta hasta US$1 millón e incluye una extensa lista de demandas.

Los interesados en agendar un evento con la pareja reciben un documento de cuatro páginas de la agencia Harry Walker Agency y se les advierte que el pago debe hacerse por adelantado. El documento, que fue filtrado esta semana, da cuenta de las exigencias de la pareja a la hora de participar en cualquier evento. La lista de patrocinadores del evento debe ser enviada a ellos con anticipación para revisión y cuestionan la viabilidad del evento si se llegara a caer alguno de los patrocinios.

Las palabras con las que el príncipe Carlos definió a Meghan Markle Además, los duques eligen personalmente a la persona que los presentará en el evento y al moderador de la conversación. El organizador debe aceptar que esa decisión es estrictamente de la pareja si quiere que participen en algún panel. Como la pandemia obliga a que los eventos sean de manera virtual, los organizadores deben llenar un formulario en el que especifiquen la calidad de la conectividad y planteen un plan de contingencia en caso de problemas de conexión.

Los eventos y las charlas son parte esencial del plan de independencia de la pareja frente a la casa real inglesa. Esta semana, Harry y Meghan reembolsaron al Estado británico por el costo de remodelación de su hogar en Windsor, Frogmore Cottage. Aunque la movida es considerada un “deber real”, no deja de sorprender la rapidez con la que la nueva familia se ha distanciado de la monarquía.