El cambio radical que significó casarse con la actriz californiana Meghan Markle y luego cortar tajantemente sus lazos con la familia real británica le está pasando factura al hijo menor de Lady Di.

Así se lo reveló a la revista Ok! el experto en el mundo del entretenimiento Mark Boardman, que además sostiene que Harry, duque de Sussex, y su esposa tienen serios desacuerdos al respecto de su futuro.

Como lo han contado biógrafos, cronistas de realeza y los propios interesados, cuando conoció a Meghan, en 2016, Harry empezó a distanciarse paulatinamente de muchos amigos que conoció en la infancia y que hacen parte del círculo social de la familia real o de sus años de colegio en Eton.

“La vida social del príncipe Harry ha cambiado notablemente (...) y le hace falta tener una residencia permanente en el Reino Unido”, señaló Boardman.

¿Por qué estaba tan serio Harry en los Invictus Games?, se pregunta la prensa del corazón. | Foto: Copyright 2023 The Associated Press. All rights reserved.

Del palacio al hotel

En efecto, luego de crecer en el Palacio de Kensington y de corretear de niño por el Palacio de Buckingham, Highgrove House, Clarence House, en Castillo de Balmoral, el Castillo de Windsor y otras residencias reales, ahora, cada vez que va a su país, le toca quedarse en un hotel, situación algo extraña para nadie menos que el hijo del rey de Inglaterra.

Ello no deja de ser triste para el duque, quien luego de tres años viviendo en Estados Unidos, no deja de sentir nostalgia tanto por su patria como por el ambiente protegido y colmado de privilegios en que creció, así se queje de los problemas emocionales que heredó de su complicada vida familiar.

Al respecto, la duquesa tiene una visión totalmente distinta. “Meghan se siente frustrada porque Harry quiere su vida de antes de vuelta”, afirmó el experto.

Boardman agregó que ella “ama a Harry, pero quiere sacar el mejor lado de él. Y tiene claro cuáles son los roles que deberían asumir juntos, en tanto que emprenden proyectos en conjunto”.

Pero Markle no sería la única que contempla esa idea: “La gente esta deseosa de ver a un Harry transformado en vez de uno de regreso a su viejo estilo de parrandero, lo cual podría conducir a una atención indeseable de la prensa”, expresó también el especialista.

Harry quiere poder disfrutar de fines de semana con sus amigos en Londres, le dijo un experto a la revista Ok!. | Foto: (c) Copyright 2023, dpa (www.dpa.de). Alle Rechte vorbehalten

Nostalgia de Londres

Para él, a Harry se le va a hacer difícil convencer a Meghan de que necesita, de vez en cuando, disfrutar de fines de semana con sus viejos amigos en Londres.

“Él es joven de corazón, pero tiene a su lado a alguien que lo mantiene en orden y le recuerda quién es y lo que se supone que tiene que hacer”, dijo Boardman al respecto del papel que Meghan Markle juega en la vida de su marido.

En el fondo de su corazón, Harry quiere tener una casa en los predios de los grandes palacios reales, como Buckingham o Windsor, “pero eso no va a suceder”, en opinión del periodista.

“Londres es el lugar donde están todos los verdaderos amigos de Harry. Todas esas personas que él ha conocido en Hollywood no son sus amigos (...) Pero, en últimas, Meghan lo quiere a su lado apoyándola, viendo por los niños, y cualquier retroceso le va a quitar eso”, concluyó Boardman.

En meses recientes, han corrido muchas especulaciones sobre los supuestos problemas maritales de los Sussex.

Se ha dicho que su vida cotidiana se ha vuelto tan difícil, que él a veces se va a dormir a un hotel en Montecito en vez de quedarse en la mansión de más de 14 millones de dólares que compraron cuando llegaron a vivir en California. Runrunes más graves hablan de divorcio.

En los recientes Juegos Invictus, fundados por el príncipe, en Alemania, el Daily Mail publicó un video en que el lenguaje corporal de la pareja no daría a entender que estén en el mejor momento.

Ello porque cada vez que Meghan trataba de abrazar, tocar o hacer contacto visual con su marido, este siempre encontraba un modo de apartarse. En resumen, no reflejaban la complicidad de otros días, según comentaron cronistas de realeza que cubrieron los juegos.