“¡Y yo que pensé que me iba a aburrir en este colegio!”, exclama Rebeka (sí, con k), una de las nuevas alumnas del exclusivo colegio Las Encinas. Lo dice, en el capítulo inicial de la temporada, porque en la primera semana de clases se encuentra con que su grupo llora la reciente muerte de su compañera Marina, a manos supuestamente de Nano, hermano de otro condiscípulo, Samuel. Este último se empeña en descubrir al verdadero culpable, Polo, y su cómplice, la marquesita Carla, también del plantel, unos osados novios que sostienen un trío sexual con Christian, otro de la clase. Este tercer enamorado sabe lo que hicieron y su remordimiento podría traerles problemas…
Rebeka es la hija de unos nuevos ricos de barriada, por lo cual no se escapa de las humillaciones de los pijos, como se les llama en España a los niños bien. Pronto, encuentra amigos en Nadia y su hermano Omar, víctimas también del acoso por sus orígenes humildes.
Christian, interpretado por Miguel Herrán, podría pagar un alto precio por lo que sabe sobre el asesinato de Marina, mientras que Samuel, el rol de Itzan Escamilla, se esforzará por descubrir la verdad. En la segunda temporada, la recatada Nadia se rebela contra las rígidas normas de su familia musulmana (se descubre la cabeza y se va de rumba), mientras que Omar sigue aterrado de confesarle a su padre que es gay y tiene una relación con Ander, otro alumno de Las Encinas y quien en los nuevos capítulos le es infiel con Polo, un declarado bisexual, que tiene dos madres, lesbianas y controladoras. En fin, ni Rebeka ni nadie tendrá motivos para el tedio ante esta serie sobre adolescentes que viven experiencias de gente adulta, lo cual los hace muy maduros para su edad. “Es la realidad de hoy expuesta en un programa que te entretiene, pero te enseña un montón de cosas, te deja pensando. Es para todo el mundo”, dice Ester Expósito, intérprete de Carla, mientras que el actor que hace de Polo, Álvaro Rico, agrega: “Creo que es la primera vez que se cuentan los problemas de los jóvenes con la profundidad e importancia que se merecen. Existe el prejuicio de que una serie para adolescentes es algo fútil, hecho para que los chicos y las chicas se enamoren de los actores. Élite rompe con ese cliché”.
Los actores, que hablaron para Jet-set durante una pausa en medio de las grabaciones en Madrid, sorprenden por su madurez, al igual que sus personajes, y aseguran que el impacto de la producción les exige ser muy cuidadosos. Miguel Bernardeau, cuyo rol es Guzmán, lo explica: “Al ser una serie tan cruda y tan sincera, crea un vínculo muy bonito con públicos de todas las edades y eso se siente en las redes sociales”. Por su parte, Mina El Hammani (Nadia) declara: “La serie le ha cambiado la vida a mucha gente y eso implica una gran responsabilidad. Por eso nos empeñamos en que cada personaje tenga un fondo y que sus experiencias se cuenten de una manera muy real y reflexiva, nada superficial”.
El trío sexual entre Christian, la marquesita Carla y Polo cobrará ribetes trágicos. Además de Rebeka, llegan dos nuevos alumnos al plantel, para aligerar un poco el ambiente, pero también lo complicarán cuando salgan a flote las explosivas historias que traen a cuestas: Valerio, el típico bufón del curso, amante de las drogas y las diversiones fuertes, y Cayetana, cuya extrema riqueza, sofisticación e independencia (vive sola en una mansión) intrigarán a sus compañeros. Amor y sexo seguirán removiendo las vidas de los protagonistas y, desde este viernes 6 de septiembre, los fans se asombrarán con las relaciones inesperadas que se desatarán y la truculencia recargada de esta obra de la ficción que, de todos modos, no se aleja mucho de lo que se vive en los colegios de cualquier lugar del planeta. * Este artículo hace parte de la última edición de la revista Jet Set. Puede leer otros aquí.