Las intervenciones estéticas con biopolímeros no dejan de causar controversia en el mundo de la farándula, teniendo en cuenta que ya son varias famosas las que han dicho tener problemas en sus glúteos luego de meses, incluso años, de someterse a esta operación; una de ellas es Amada Rosa Pérez, exactriz recordada por su paso en la exitosa novela La costeña y el cachaco.

Pérez aseguró, en conversación con el programa La Red, que la operación, realizada hace 25 años, empezó a afectar seriamente su salud en los últimos meses.

“Hasta hace dos años supe que tenía bioalcamid (…) porque uno es cerrado con la vanidad, uno es cerrado y uno no piensa (…) De pronto sí me dijeron que me iban a inyectar, pero yo ni escuché”, indicó en la entrevista.

De acuerdo con su declaración, la también exmodelo empezó a sentir molestias en sus músculos con dolores cada vez más fuertes y calambres constantes, que decidió pasar por alto, pensando que era una situación normal de la vida y del paso de los años. Sin embargo, fue en 2020 cuando los síntomas fueron empeorando causándole, incluso, torticolis y signos de entumecimiento en sus extremidades superiores.

“Se me entumecían las manos, se me torcían las manos, todo esto (brazos) se me adormecía, se me doblaba, se me torcía por la noche (…) Un cansancio y una fatiga que yo no me explicaba, hasta que llegó un momento en que quedé prácticamente inválida”, contó Pérez.

Aún con esto, ella no había decidido asistir a un médico para ver lo que sucedía en su cuerpo, hasta que una amiga que conocía su situación y su pasado con las cirugías estéticas, terminó atando cabos. Por esto, sin pensarlo dos veces, le recomendó que visitara a un experto, pues lo más seguro es que fueran los biopolímeros los responsables de su padecimiento.

“Yo me hice la cirugía que es en forma de mariposa abierta, que me abren como un libro la cola, me mutilaron impresionante y todavía está inflamado. Yo creo que me deben hacer otra cirugía”, añadió.

No obstante, el ‘infierno’ no acaba ahí. Además del problema en sus glúteos, su busto también se vio comprometido debido a un mal procedimiento realizado cuando tenía 19 años, por lo que fue necesario retirarle los implantes mamarios que ya le generaban un ardor en su pecho.

“Un cirujano, sin mi autorización, me metió mentón y yo cuando me desperté fue que me dijeron: ‘Te puse mentón’. Y me lo tengo que quitar porque eso descalcifica todo el hueso”, añadió en medio de la conversación.

Ante esta realidad que hoy aqueja su salud y que no le permite hacer todas las actividades que desearía realizar, Pérez decidió culminar con un mensaje de valor y amor propio para todas las mujeres que escuchan y quieren aceptar sus palabras. Para ella, es importante que todas las personas aprendan a amarse tal como son, pues son sus ‘defectos’ los que las hacen únicas; además, evitan sufrir en el futuro por operaciones estéticas fallidas.

“Tenemos que aceptarnos como Dios nos hizo (…) Hay que aceptarnos como somos porque toda esta vanidad lo que nos lleva es a desfigurarnos”, finalizó la famosa, recalcando que lo que sucedió con ella, más que una tragedia, debe ser visto como un ejemplo de todo lo que no se debe hacer en el camino por encontrar la belleza y la satisfacción en la estética corporal.