Siempre se ha creído que a Malcolm Little, más conocido como Malcolm X, asesinado el 21 de febrero de 1965, lo mataron tres musulmanes que no soportaban que el activista, ícono de la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos, hubiera renunciado al islam. En realidad fue un caso relativamente fácil de fallar, en una época en la que los magnicidios eran el pan de cada día en Estados Unidos, pues también habían muerto asesinados recientemente el presidente John F. Kennedy y Martin Luther King, entre otros.
Fácil porque a Malcolm X lo habían amenazado de muerte un año antes por retirarse de la ‘Nación del Islam, como se conocía al movimiento político y religioso del cual hacia parte, y porque uno de los involucrados, Mujahid Abdul Halim, confesó el crimen y dijo que había participado en un complot. Los otros dos acusados: Muhammad Abdul Aziz y Khalil Islam, siempre sostuvieron que eran inocentes. 55 años después de los hechos, sin embargo, esa versión podría dar un vuelco completo. Y todo porque ‘¿Quién mató a Malcom X?’, una serie documental de Netflix, estrenada este mes en la plataforma, muestra documentos y pruebas nuevas que plantean serias dudas sobre la investigación oficial. Tanto así que Cyrus Vance, fiscal del distrito de Manhattan, anunció este viernes que había decidido revisar el caso para mirar la nueva evidencia.
Según el programa de Netflix, que sigue al historiador Abdur-Rahman Muhammad en su camino de revisar el caso judicial, podría haberse cometido una injusticia con uno de los acusados: Muhammad Abdul Aziz, quien fue condenado a cadena perpetua por el asesinato. Azis pasó varios años en la cárcel, pero en 1985 salió en libertad condicional y desde entonces ha sostenido que lo inculparon injustamente. Sus reclamos los apoya el Proyecto Inocencia, una entidad que trabaja por exonerar a las personas inocentes que han sido condenadas. A Malcolm lo mataron a tiros cuando apareció en un escenario de Washington Heights , donde iba a dar un discurso, y según el documental de Netflix, no hay ninguna evidencia física que demuestre que Azis estuvo en la escena del crimen. Además tenía una coartada, pues tenía una pierna herida, y se las estaba curando por esos días.
Al parecer, además, Khalil Islam, otro de los acusados, tampoco tuvo nada que ver. Sin embargo, en ese caso ya no se puede hacer nada, pues él murió en la cárcel en 2009. Desde que se falló el caso, varias personas han dicho que la policía y los fiscales cometieron graves errores y muchos incluso creen que otros verdaderos culpables salieron libres y nunca pagaron por lo que hicieron. Incluso Halim, quien sí confesó el crimen, llegó a decir en el juicio que los otros dos inculpados no tenían nada que ver: “Estuve allí, sé lo que pasó y conozco a las personas que estaban allí", habría dicho según un informe del New York Times ese año.
El caso podría reabrir viejas heridas políticas, pues la Nación del Islam, el movimiento responsable del asesinato, y quienes buscaban “resucitar la conciencia espiritual de la población afroamericana dentro de los preceptos del islam”, sigue vigente, aunque con mucho menos poder y visibilidad que en aquella época. Malcolm X, uno de los grandes líderes de la lucha por los derechos de los afroamericanos, se retiró del movimiento, luego de estar en desacuerdo con la dirección que le estaba dando Elijah Muhammad, el líder del grupo.