Marcelo Longobardi es un reconocido presentador de televisión y locutor argentino. Durante casi un año hizo parte de la cadena CNN, pero un día simplemente dejó de aparecer.
Lo cierto es que, después de su salida, comenzaron a darse toda clase de rumores y sus seguidores empezaron a preguntarle qué había pasado.
Marcelo mantuvo su silencio durante un tiempo largo, pero ahora quiso contar su verdad en los micrófonos de su nuevo trabajo. Y es que ahora el argentino hace parte de Radio Rivadavia, donde conduce la primera mañana.
El periodista comenzó sus polémicas declaraciones asegurando que la cadena quería comprar su silencio “a cambio de 450.000 dólares para que no contara nada de todo lo que vi, viví y padecí cuando trabajé con ellos”.
Luego dio más detalles respecto a quién le había ofrecido esa suma y lo que sucedió después.
“El señor presidente de Warner, que se llama Felipe Destefani, me ofreció 450.000 dólares para que mantuviera silencio. Obviamente, lo mandé a que se guardara esa propuesta, ya saben dónde. Son corporaciones que se llenaron de ejecutivos ricos y periodistas pobres, algo que está matando a este trabajo”.
“Es un asco. ¡Un asco!”, así definió Longobardi todo lo que sucede en CNN en Estados Unidos y luego contó cómo llegó allá.
“Yo trabajé para ellos acá en la Argentina y era muy interesante, y cuando me llamaron para llevarme a Estados Unidos pensé que sería genial. Uno comete el error de idealizar los trabajos y a la gente, y fue una gran frustración porque me encontré con un montón de cosas escabrosas que pasaron y que fueron horribles”.
Marcelo fue sincero en asegurar que pensaba que ser parte de uno de los medios más importantes del mundo solo traería cosas positivas, pero no fue así.
“Fue una gran decepción trabajar en CNN. Una experiencia muy traumática para mí. Para alguien como yo, que vengo de la calle sin títulos universitarios, llegar a una cadena internacional es todo un motor profesional. Uno piensa que no puede haber algo mejor que te llame la BBC, o la Deutsche Welle, o la CNN, y cuando recibí la propuesta de ir a trabajar a los Estados Unidos era un logro, pero cuando llegué y empecé a ver las cosas me llevé una desilusión enorme”.
De acuerdo con el locutor, en varias ocasiones se sintió coaccionado e incluso hizo referencia a una jefa que le hizo la vida imposible.
El periodista agregó que, cuando le ofrecieron tanto dinero, realmente le brillaron los ojos, aunque tuvo muy claro que no podía vender su silencio ni su dignidad.
“Para mí, 450.000 dólares es un montón de plata. Una cifra muy importante. Los ingleses tienen una frase que es: ‘hay una cosa peor que ser rico, que es parecer que uno es rico’. Y yo quizás dé esa impresión, pero la realidad es que tengo que levantarme todos los días a las 4 de la mañana para ir a trabajar. Nunca he tenido salarios importantes. Nunca en mi carrera. Entonces esa cifra era impresionante, pero no la acepté, obviamente, y decidí yo cuándo contar lo que pasé en la CNN”.
Finalmente, reveló por qué decidió que era este el momento de decir su verdad:
“Cuando decidí volver a Argentina y estar ligado otra vez a una radio, pensé que era para decir las cosas como son y no para ser careta. A esta edad ya no estoy para caretearla. Entonces no me iba a guardar las cosas, y cuando Maite me pidió la nota y acepté dársela, pensé que no iba a aceptar para decir pelotudeces. No, era para contar todo. Lo que pasa es que dar la cifra me dio pudor, y cuando llegué a casa me pregunté: ‘¿Pero de qué tengo que tener pudor?’, y entonces quiero dar la cifra, que fueron los 450.000 dólares”.