Muchas personas han confesado sentirse con cambios negativos en su mente y emociones después de superar un contagio por covid-19, enfermedad que actualmente está atacando a un total de 54.617 colombianos que representan los casos activos que hay en el país.

Ya sea depresión, tristeza, miedo o angustia, la mayoría de los pacientes aseguran no tener una vida normal después de haber contraído esta enfermedad.

Una de estas personas es la famosa actriz venezolana, Juliette Pardau, quien en los últimos días se había distanciado de las redes sociales debido a que estaba afrontando una dura situación con el nuevo coronavirus como protagonista.

La actriz, reconocida por su papel de Daniela en Pa’ quererte, decidió aparecer en Instagram con una serie de historias, en las que evidenció los efectos de la covid-19 en su vida. En una de las publicaciones, Pardau se ve bastante decaída, asegurando que acababa de salir de una situación de salud “tenaz”. Notablemente cansada, la artista reveló que su historia la mostraba en su primera salida tras superar la enfermedad.

“Primera salida después de un covid, tenaz”, explicó Pardau en su publicación.

Sin embargo, añadió también que uno de los traumas poscovid fue la paranoia, teniendo en cuenta la dureza del virus y la lucha que tuvo que enfrentar su cuerpo en contra de este.

“Quedé paranoica”, escribió en su historia.

Asimismo, decidió realizar una encuesta en la que consultó con sus más de 800.000 seguidores si ellos también sintieron lo mismo después de superar el nuevo coronavirus, por supuesto, aquellos que padecieron este mal que desde hace más de dos años aqueja al mundo.

Historia de Juliette Pardau en Instagram | Foto: Instagram/@juliepardau

Por el momento, solo queda esperar que la actriz de La nieta elegida, novela en la que personifica a Vivian, muestre los resultados de la encuesta, aunque muchas personas ya se han atrevido a asegurar que lo más probable es que el “sí” supere por amplio margen el “no”.

Efectos de la dosis de refuerzo en las personas

No obstante, no solo la enfermedad puede traer efectos contrarios en las personas, pues, de acuerdo con una investigación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), al menos el 28 % de las personas que recibieron una dosis de refuerzo de la vacuna contra la covid-19 aseguraron no poder desarrollar con normalidad sus tareas diarias al siguiente día de la inoculación.

“La frecuencia y el tipo de efectos secundarios fueron similares a los observados tras las segundas dosis de la vacuna, y en su mayoría fueron leves o moderados y de corta duración”, explicó la directora de los CDC, Rochelle Walensky, en rueda de prensa.

De acuerdo con este estudio, los efectos secundarios que más se reportaron fueron: dolor en la zona del brazo donde se aplicó la inyección (71 %), fatiga (56 %) y dolor de cabeza (43 %).

Por su parte, al menos el 2 % de la población encuestada aseguró que tuvo que solicitar atención médica, mientras que el 0,1 % fue hospitalizado por cuenta de esta tercera dosis (segunda en el caso de los que fueron inyectados originalmente con la monodosis de la vacuna de Janssen).

Cabe recordar que actualmente la mayoría de la población puede acceder a esta dosis de la vacuna, misma que las autoridades han catalogado como “necesaria” ante el inminente crecimiento de la variante ómicron que resulta ser mucho más contagiosa que cualquier otra variación de la covid-19 detectada hasta ahora.

Sin embargo, el Ministerio de Salud de Colombia aseguró que hay un grupo que necesita esta tercera dosis con urgencia, por sobre otras personas. Así, los colombianos que deberían inyectarse con esta dosis, si es que no lo han hecho ya, son los que tienen condiciones como:

  • Trasplante de corazón.
  • Trasplante de riñón.
  • Trasplante de páncreas.
  • Trasplante de pulmón.
  • Trasplante de intestino.
  • Trasplante de hígado.
  • Trasplante de médula ósea en los dos años anteriores o que reciben tratamiento de inmunosupresión.
  • Leucemia en quimioterapia.
  • Mieloma en quimioterapia.
  • Linfoma en quimioterapia.
  • Síndrome mielodisplásico en quimioterapia.
  • Pacientes con enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico o esclerosis múltiple que reciben tratamiento inmunosupresor y otras enfermedades que usen: alemtuzumab, abatacept, belatacept, obinutuzumab, rituximab, fin golimod, ocrelizumab, antimetabolicos e inhibidores de la calcineurina en último año.
  • Inmunodeficiencias primarias.