Desde que Alberto Linero anunció en 2018 que colgaría la sotana, hay gran expectativa alrededor de su vida amorosa. Transcurridos unos años, exactamente el pasado miércoles 25 de agosto, el exsacerdote publicó a través de su cuenta en Instagram una imagen que sin duda sorprendió a sus seguidores.

En la imagen se ve a su pareja de espaldas frente al mar con un sencillo, pero contundente mensaje: “Es ella”. El post ya tiene más de 39.000 likes en la plataforma en la que cuenta con más de un millón de seguidores.

Transcurrieron unos días después del post de Linero para que se conocieran más detalles de su novia. En medio de una entrevista en vivo con Caracol Radio, el sacerdote retirado intentó conservar la identidad de su novia nombrándola como un personaje de ‘El amor en los tiempos del cólera’, Fermina Daza.

Sin embargo, finalmente el nombre de la mujer salió a la luz. En medio de la entrevista en el citado medio radial, la periodista le manifestó a Linero: “Estamos hablando de ‘Alcy’”; haciendo referencia al nombre de la novia del exsacerdote.

A Linero no le quedó más que sonreír y decir: “Estamos hablando de ‘Fermina Daza’”, y luego la comunicadora agregó: “Usted es Garcíamarquezco para todo, hasta vive en las metáforas literarias de él”.

En medio de la entrevista, Linero reveló que su novia vivió en Argentina, no tiene hijos, y que decidieron entablar una relación amorosa cuando él ya había ‘colgado la sotana’. La mujer “trabaja en marketing” y todo se inició en medio de un proyecto laboral entre ambos.

“Afortunadamente, me encontré con una mujer inteligente, independiente, dueña de su proyecto de vida y hemos construido juntos. Hemos tenido más emociones positivas y emocionantes, que otra cosa; ¡no hemos gozado la vida! Yo estoy feliz con ella, espero que ella lo esté conmigo, parece que sí, porque la veo sonreír. Y, nada, disfrutamos, viajamos, leemos; tenemos cosas coincidentes, no queremos tener hijos, por ejemplo”, dijo Linero en la entrevista a Caracol Radio.

La mujer se autodenomina ‘Alcy’ y su nombre había sonado la semana pasada, luego de que ella y Linero publicaran imágenes de espaldas con los mensajes “es ella” y “es él”, respectivamente, más el numeral “#amaresganarlotodo”.

En entrevista con SEMANA hace un par de años, Alberto Linero explicó las razones que lo llevaron a dejar el hábito. El escritor y panelista radial se ordenó como presbítero en 1993. En 2018 decidió dejar el sacerdocio y tomar otro rumbo. El libro Vivir la vida de otra manera, publicado por Editorial Planeta, es una reflexión sobre por qué lo hizo y una fuente de motivación para otros que, como él, sienten que deben explorar nuevas rutas en la mitad del camino. “El libro tiene esa doble intención: dar mis razones de por qué cambié de rumbo, pero también motivar a otros a hacer un cambio”.

Linero recibió una carta de parte del papa Francisco en la que se le brinda “la misericordia de la dispensa”, con lo que se le libera del celibato y de la obediencia —aunque Linero asegura que siempre será obediente—, y le animan a continuar en su camino católico, a evangelizar e, incluso, si llegara a estar frente a alguien en peligro de muerte que pidiera el perdón de los pecados, Linero deberá proceder como un sacerdote, pues no ha dejado de serlo, simplemente no ejerce, no practica.

“El día que recuerdo con mayor felicidad fue el de mi ordenación presbiteral, el 25 de marzo de 1993. Monseñor Eladio Acosta me concedió el ministerio, que no voy a perder nunca. Ese fue un día feliz porque desde los 16 años había soñado con él y en ese momento se me permitió servir de mediador para el perdón de los pecados”, le dijo a SEMANA.

Sin embargo, explicó que terminó desenamorándose de ese camino, aunque la gente cree que salió del sacerdocio por una mujer. “Me desenamoré. La gente cree que dejé el sacerdocio por enamoramiento hacia una mujer, pero no. Llegó un momento en el que el relato eclesial no me llenaba y yo, que siempre he tratado de ser coherente, dije ‘no más’. Yo pienso que comencé a perder la conexión emocional con las personas y yo no puedo vivir sin la gente. Esa desconexión se da por la manera como entendemos la espiritualidad”.

De igual manera, manifestó que “nos creemos sagrados y nos distanciamos de la gente con ritos que son diferentes a los de los demás. Así creamos abismos y terminamos en claustros mentales. Lo de la pederastia y esa política de encubrimiento también tuvo que ver con mi desilusión. Con solo un caso deberíamos escandalizarnos. A mí me escandaliza y pido perdón porque eso no debió haber pasado nunca. De Dios nunca me he sentido alejado. Ese ‘man’, sigue palpitando en mi corazón y me llena”.

En el diálogo con este medio, Linero señaló que cree que “nos hace falta espiritualidad. No concibo que podamos rezar e ir al culto y que no nos podamos entender ni hablar ni respetar ni construir consensos a pesar de las diversas opiniones. Creo que necesitamos una experiencia espiritual que nos haga trascender posiciones, intereses y nos ayude a comprender que podemos tener objetivos comunes en medio de las diferencias. A los colombianos les hace falta entender que nadie es mejor que nadie”.