Roberto Cano conquistó a miles de personas en Colombia con el talento que proyectó en la televisión desde que era muy pequeño. Su paso por distintas producciones como Pobre Pablo hicieron que más de un fanático suspirara por él y disfrutara de las apariciones que logró con su esfuerzo y trabajo.
Poco a poco alcanzó la fama entre el público, al punto de que los curiosos se interesaron por conocer detalles de su vida personal y privada. Uno de los focos de mayor atención fueron sus relaciones amorosas con diversas actrices y celebridades, tal y como fue el caso de Carolina Acevedo y Susana Torres.
Recientemente, en conversación con Diva Rebeca, personaje creador por Omar Vásquez, Roberto Cano habló sobre los vínculos que generó en su vida y no tuvo problema con relatar un poco de cada historia. Una de las relaciones que salió a flote, y que llamó la atención de los seguidores del actor años atrás, fue el que sostuvo con Marcela Salazar, madre de la hija mayor de Jorge Enrique Abello.
De acuerdo con lo que quedó registrado en el diálogo, el actor comentó un poco de cómo inició su romance con Salazar en aquella época, precisamente antes de que ella conociera al protagonista de Yo soy Betty, la fea. El artista señaló que tuvo el primer acercamiento por amigos en común, pero las cosas no surgieron ahí.
“Yo acababa de terminar con una novia y estaba en una tusa berraquísima. Al día siguiente Juan Sebastián Aragón me dijo que había una amiga de la novia y me invitaron a salir. Yo no hice sino hablar de mi exnovia, y esa amiga era Marce. Ella, que tiene un corazón y es divina, me aguantó la lora hablando de la otra y me escuchó, pero evidentemente no volvimos salir”, dijo a Diva Rebeca.
En ese momento fue que ‘Marce’, como le dice de cariño, salió con Abello y su química fluyó, al punto de que se casaron y se convirtieron en padres. Años después de que aquella relación terminó, Cano se reencontró con su vieja amiga y decidieron darse una oportunidad, arrancando desde cero.
“Marce salió con Jorge Enrique y se casaron, después, muchos años después, Marce y yo nos volvimos a encontrar en el cumpleaños de un primo de ella y fuimos a ver una obra de teatro que estaba dirigiendo un amigo. Ahí empezamos a salir y nos ennoviamos”, contó.
El actor colombiano se sinceró y reveló que Jorge Enrique Abello se puso en contacto con él apenas se enteró de esta relación, felicitándolo y deseándole lo mejor con Salazar. Allí mencionó unas palabras que recibió de su colega, con quien se encontraba trabajando.
“De hecho, fue Jorge Enrique quien me llamó antes que yo lo hiciera y me dijo: ‘Estoy muy contento, Robertico, serías el único amigo que yo sería capaz de presentar’”, indicó entre risas.
“Jorge Enrique Abello y yo estábamos grabando ‘Dónde está Elisa’. En un momento pensé que era un poco incómodo, pero ya luego dije y pensé que habían pasado 8 años, pues no habían terminado el día anterior. Con Marce duramos un montón, como seis años”, agregó.
Diva Rebeca indagó un poco más y quiso saber cómo fue la experiencia siendo el padrastro de Candelaria, la hija mayor del actor colombiano, protagonista también de En los tacones de Eva. Roberto Cano afirmó que para su colega fue buena noticia saber que él era el novio de su expareja, ya que sentía tranquilidad teniendo a su hija mayor de por medio.
“Para Jorge era una dicha que fuera yo el novio teniendo una hija de por medio, teniendo a Cande, mejor que el novio de su mamá sea una persona que él conoce y que él quiere que un ‘man’ que uno no tiene idea de quien es”, aseguró en el diálogo.
Por último, el artista afirmó que le tocó una etapa complicada de la hija de su expareja, pero siempre trató de llevar todo muy bien, intentando ser el amigo y no tomando posiciones de padre que no le correspondían.
“Uno no es nada de los hijos de otro, uno es un amigo más, uno se tiene que volver amigo de los chinos. Me tocó una etapa complicada. Cande tenía 11 años y hasta los 17, la adolescencia siempre es complicada. Uno no es el papá. Es complicado, no es tan fácil las relaciones con los hijos de otros”, concluyó.