¿Se debe separar al autor de la obra? Es una pregunta que suele plantearse en el ámbito literario, pero que también aplica para la música, todavía más cuando de hablar sobre cantautores como Diomedes Díaz se trata. Las letras de éxitos como Sin medir distancias todavía se escuchan en las cantinas, pero fuera de ellas hay un sinnúmero de personas que se niegan a reconocer el aporte del Cacique de La Junta al vallenato: no olvidan que fue declarado culpable de homicidio preterintencional contra Doris Adriana Niño.
Otra razón por la que algunos no quieren a Diomedes Díaz, aun cuando su música pueda llegar a gustarles, es su incapacidad de amar a una sola mujer y, sobre todo, los hijos que dejó en distintas partes del país. Los últimos años se ha dicho que son 21 los descendientes reconocidos por el artista, pero persiste la duda de si hay más.
Incluso, algunos de los hijos oficiales de Diomedes, si cabe tal expresión, han expresado la frustración por la forma en que se dio la relación con él, a quienes conocieron de una manera impensada y, quizá, poco memorable.
Élder Dayán Díaz, quien heredó de Diomedes la música, contó que conoció a su papá como un seguidor más: en medio de un multitudinario concierto, cantando a grito heridos sus canciones y esperando que le dedicara siquiera una mirada. Pero no ocurrió.
En conversación con el programa Se dice de mí, de Caracol Televisión, el hijo de Diomedes relató la primera ocasión que vio a su papá a unos cuantos metros de distancia y, luego, cómo fue su primera conversación con él.
“Estábamos con mi mamá y mi tía en Bucaramanga en un concierto de mi papá (...). Recuerdo que él estaba en medio de la presentación y yo le gritaba. Le alzaba las manos y le gritaba, con el objetivo de que me reconociera, pero nunca fijó su mirada en mí. Salí triste y decepcionado”, recordó Élder Dayán Díaz en el programa televisivo.
El artista, cuya fórmula vallenata es el acordeonero Lucas Dangond, primo de Silvestre Dangond, contó que solo logró intercambiar palabras con su padre en 2007, en el escenario menos esperado: antes de una cirugía a corazón abierto, practicada en la Fundación Santa Fe de Bogotá, en la localidad de Usaquén.
“Mi papá estaba en Barranquilla, acababa de llegar de Bogotá, donde se le practicó una cirugía a corazón abierto (...). Yo me arreglé y me fui al restaurante donde estaba. Allí lo conocí por fin y charlamos de varios temas”, dijo Élder Dayán Díaz.
Élder Dayán, sin rencor hacia Diomedes Díaz
Tiempo atrás, en conversación con Tropicana, Élder Dayán, el intérprete de Modo avión, explicó que atravesó una larga distancia con su progenitor, debido a que su mamá se mudó de ciudad y quiso alejarlo de todo ese mundo de reconocimiento y fama. Al insistirle y buscar conocer a su papá, el músico buscó las formas y logró congeniar con Díaz, quien lo disfrutó algunos años antes de morir.
“Mi mamá quiso alejarme de ese mundo, del mundo de reconocimiento. Mi mamá me tuvo a los 16 años y la marcó mucho que un señor de esa edad… obviamente. Al yo ver tantos señalamientos sobre Diomedes, empecé a insistirle que yo quería un acercamiento con mi papá, pero no se pudo”, dijo Elder Dayán, quien dijo ser el último hijo reconocido del artista antes de que muriera.
Pese a no saber de Diomedes durante los primeros años de su vida, Élder Dayán lo ve como su inspiración. “En realidad, no crecí con ningún rencor con mi papá. Al contrario, yo le reclamaba a mi mamá, le decía ‘llévame’ y que él supiera que era hijo de él”, comentó.