Sara Uribe, la modelo y empresaria paisa, estuvo activa en las últimas horas en Instagram con el juego ‘qué suponen’. En medio de esa dinámica, uno de sus seguidores le consultó si estaba esperando su segundo hijo.

Inmediatamente, la joven antioqueña le respondió a su seguidora que no estaba esperando un hermanito para el pequeño Jacobo, quien también es hijo de Fredy Guarín, jugador colombiano con quien la modelo tuvo una relación amorosa por varios años.

“¡Ay, gorda, noooo! Yo sí me he subido unos kilitos, pero embarazo, no, no”, respondió la ex de Guarín.

No obstante, en otras dinámicas que ha hecho en Instagram, Sara Uribe ha manifestado su interés de volver a ser madre, tal vez más adelante.

Hace algunos meses, la modelo y presentadora Sara Uribe reveló que durante un tiempo estuvo en terapia psicológica por depresión, una enfermedad que incluso aumentó por la pandemia del coronavirus.

“La depresión y las enfermedades mentales son eso: enfermedades muy serias y hay que tratarlas, prestarles atención y buscar ayuda. Pedir ayuda y buscarla no te hace más débil, por el contrario: te hace una persona valiente que se da cuenta de lo que necesita. Así que si sientes que no puedes más, que no tienes fuerzas y que tu mente se está apoderando de ti, busca ayuda”, detalló en su momento la también expareja sentimental del futbolista Fredy Guarín.

Ahora, Uribe decidió hablar nuevamente sobre la depresión que padeció y en esta oportunidad dio más detalles de lo que estaba ocurriendo en su vida y cómo se manifestó esta situación de salud mental.

En una historia en su cuenta de Instagram, la modelo explicó que pasó “por un tema de depresión, pero no quiere decir que en este momento esté depresiva o triste. Ahora atravieso por el mejor momento de mi vida y le agradezco mucho a Dios porque pude salir de eso, busqué expertos, busqué a Dios, pero fui a buscar personas expertas para que me ayudaran”.

En ese sentido, contó su experiencia al iniciar un tratamiento para enfrentar su enfermedad: “Cuando uno dice que empezó un tratamiento y que buscó ayuda le dicen: ‘¡ay, se enloqueció!’, y puede que sí porque no estaban funcionando mis hormonas como era, y conozco gente que ha tenido que internarse para buscar refugio y personas que los asesoren, como a mí.

Además, mencionó que la enfermedad la llevó al punto de pedir a sus médicos en varias ocasiones que le recetaran medicina para poder comer y dormir, pues advierte que ni siquiera quería seguir viviendo por cuenta de la fuerte situación de salud por la que estaba atravesando.

“Yo le decía: ‘necesito que me mandes droga así como si fuera un dolor de cabeza porque no estoy comiendo ni durmiendo, me estoy enloqueciendo, y ya probé esa pastilla que me enviaron y eso no me gusta y no me siento yo, me siento rara, no me siento feliz’ (...) Antes se me caía el pelo, se me quebraran las uñas, la piel era fea, mis ojos no brillaban, me veía a un espejo y no me sentía bonita, me dolían los huesos y no podía caminar, no quería vivir y por lo único que quería luchar era por Jacobo (su hijo) y se me olvidaba que lo primero soy yo y después lo que venga”, agregó.