No corren los mejores días para la Corona británica: a los problemas de salud del Rey Carlos III y de Kate Middleton, se suma la mala noticia que recibió Sarah Ferguson, exmujer del Príncipe Andrés del Reino Unido, quien ha sido diagnosticada con el tipo más grave de cáncer de piel, tan solo seis meses después de ser tratada de un cáncer de mama.
Por estas fechas, la preocupación crece en Reino Unido en torno al monarca —que será intervenido esta semana de un agrandamiento de próstata— y a la Princesa de Gales, cuya operación abdominal continúa desatando todo tipo de especulaciones, ya que se rumorea que habría tenido complicaciones en el postoperatorio y la gravedad de su estado sería mayor de lo que el Palacio de Kengsinton ha hecho público.
Ahora, una nueva noticia relacionada con los Windsor sacude al pueblo británico. Tal y como lo reveló el diario The Sun, Sarah Ferguson padece un melanoma, un cáncer de piel muy agresivo.
El pasado diciembre la madre de las princesas Beatriz y Eugenia de York se sometió a una mastectomía y a una reconstrucción mamaria —como consecuencia del cáncer de mama que le fue diagnosticado hace seis meses— y en dicha intervención se le extrajeron varios lunares para ser analizados.
Y uno de ellos, como ha confirmado un portavoz de la duquesa de York al tabloide británico, se trata de un melanoma maligno. Actualmente, y después de que le fue extirpado, se encuentra recuperándose en una exclusiva clínica de Austria. Y aunque Fergie no oculta que están siendo “momentos angustiosos”, afronta este duro trance de salud con ánimo y “buen humor”.
Según la AFP, la enfermedad se la descubrieron como parte de unos exámenes solicitados por un dermatólogo, a raíz de la cirugía a la que Ferguson, de 64 años, debió someterse tras una masectomía.
Uno de los lunares que le retiraron y que fueron examinados “fue identificado como canceroso”, precisó el portavoz, que afirmó que la duquesa “mantiene la moral alta” pese a la mala noticia.
Actualmente, Ferguson, quien continúa compartiendo con el hermano del rey Carlos III una mansión cerca del castillo de Windsor, se estaría sometiendo a diversas pruebas para comprobar que el cáncer de piel no se haya extendido, aunque los médicos esperan que se haya tratado a tiempo. The Sun apunta que la duquesa de York decidió hacer pública su enfermedad para concienciar a la población de la importancia de controlar sus lunares —tamaño, forma y color— para detectar a tiempo posibles signos de melanoma, como le ha sucedido a ella.
Tras su divorcio de Andrés (hermano menor del Rey Carlos III), en 1996, Fergie siguió involucrada en causas sociales y una de ellas es precisamente la prevención y lucha contra el cáncer de mama, que en su caso fue diagnosticado a tiempo tras una mamografía de rutina. Desde entonces trabaja en la organización Teenage Cancer Trust.
La duquesa también ha tenido experiencias cercanas con la enfermedad, por el lado de su familia. Su padre, Ronald Ferguson, murió víctima de cáncer de próstata, en 2003, en tanto que su padrastro, el jugador de polo argentino Héctor Barrantes, falleció a los 51 años tras una larga batalla con el cáncer linfático.
Cabe recordar que La duquesa de York ya no forma parte de los miembros activos de la familia real británica.