Jessi Uribe vive uno de los mejores momentos de su carrera. No solo es el colombiano número uno en los listados de Billboard de música regional, sino que, además, fue escogido para acompañar a Alejandro Fernández en sus recientes conciertos en Colombia.
El santandereano conversó con SEMANA sobre su nueva canción con el Potrillo, la proyección de su carrera en el exigente mercado mexicano y, claro, cómo ha logrado preservar su relación con otra grande del género de la música popular: Paola Jara.
SEMANA: Dos noches al lado del gran Alejandro Fernández en concierto. ¿Cómo califica esta experiencia?
Jessi Uribe (J.U.): Han sido dos noches inolvidables, un sueño. Una cosa que nunca olvidaré, le agradezco a Dios que me ha puesto donde estoy, porque ver un escenario lleno es la demostración de que la música que hago la gente la recibe muy bien, así como la carrera que he ido construyendo en todos estos años.
SEMANA: ¿Qué significó, además, cantar con Paola Jara, uno de los momentos más emotivos de ambas presentaciones?
J.U.: Fue muy especial. Primero, por tratarse de conciertos de Alejandro Fernández, un artista que, como pareja, admiramos mucho, aunque para nosotros cada presentación que hacemos es importante. Y, segundo, este concierto fue aún más especial porque estaban nuestras familias, mi papá, mi mamá, los papás de ella. Fue bonito que nos vieran juntos haciendo un show.
SEMANA: ¿Cómo logran Jessi Uribe y Paola Jara entenderse bien en lo personal y lo profesional? ¿Cómo pasan esa frontera y salen ilesos?
J.U.: Como pareja vivimos una relación normal. Como cualquier pareja enamorada. Pero tenemos muy claro no pisarnos en nuestras carreras. Respetar los espacios del otro, los sueños del otro, las metas del otro. Eso lo hemos tenido claro desde el comienzo. Y no porque nos hubiéramos puesto de acuerdo, sino porque nos pareció que era un tema de respeto, del uno con el otro, para que eso, a su vez, no fuera a afectar nuestra relación. Cada uno tiene su carrera, sus espacios, su forma de trabajar, su equipo de trabajo, y los dos nos respetamos eso y no lo llevamos a la casa.
SEMANA: Usted se está abriendo camino en el mercado mexicano, que es muy exigente por ser muy regional. Pero ahora mismo está nominado en los Latin American Music Awards, en la categoría mejor colaboración regional mexicano, con Si ya hiciste el mal, junto con Luis R. Conriquez, que es número uno en Billboard…
J.U.: Cuando inicié mi carrera, tuve, de alguna manera, algo que yo llamo sueños irresponsables. Soñaba, claro, con ser el mejor, con cantar un día con grandes como Vicente Fernández, mi música va a llegar a todo el mundo, decía. Pero cuando comienza en serio una carrera en esta industria, uno se da cuenta de que eso no es tan fácil. Ahora, mis sueños son a corto plazo, sueño con cosas que realmente voy a alcanzar. Y hoy me veo, en el Movistar Arena, cantando con Alejandro Fernández y creo que ha valido la pena la terquedad de perseguir mis sueños. Ser número uno en mi género en Estados Unidos es un sueño hecho realidad que no se puede describir. Siempre lo llevaré en mi vida: ser el primer colombiano en la música popular en lograrlo. Aún no me lo creo.
SEMANA: ¿Qué tan difícil ha sido para un colombiano meterse en las grandes ligas de la música regional mexicana?
J.U.: Me ha ido bien porque me he ganado el cariño y el respeto de ellos. Saben que amo cantar y que interpreto bien la ranchera. Siento que es un respeto que me he ganado no solo como cantante, sino también como compositor. Christian Nodal me grabó dos canciones. Alejandro Fernández llegó a Colombia con una canción mía, Dímelo a la cara, y, además, voy a grabar con él una que se llama Maniquí.
SEMANA: ¿Cómo surgió esa posibilidad de grabar con Alejandro Fernández?
J.U.: Lo conocí en un show en Caracas, cantamos juntos, después salimos a tomarnos unos tragos. Fue hace como tres meses. Cuando le canté, Alejandro lloró con mi interpretación y le mostré canciones que les he escrito a mis papás, y le gustaron, creo, por el momento personal que él vivió con la muerte de Vicente Fernández. Eso nos conectó. Hubo química en lo personal y musical.
SEMANA: ¿Qué ha apropiado de la música mexicana Jessi Uribe a su propio estilo?
J.U.: Lo que me diferencia de otros artistas de este género es que interpreto mi música con un estilo muy mexicano. Tengo el vibrato, los apagados, los matices de mi voz, porque esa fue la música con la que crecí cuando mi papá la cantaba. Y poco a poco he ido fusionando lo popular con instrumentos mexicanos. Para nadie es un secreto que la música popular que se hace en Colombia tiene raíces muy mexicanas. La evolución nos va a llevar a que todos en algún momento hagamos un solo género. Como pasó con el reguetón y la música urbana; antes solo era Puerto Rico y ahora Colombia es número uno en el mundo. Se volvió un solo género: ya no es el urbano de Puerto Rico, el urbano de Colombia, sino música urbana para el resto del mundo.
SEMANA: ¿Lo han tentado con hacer música de otros géneros?
J.U.: Sí, tengo propuestas de hacer cumbia, urbano también. Hice algo con Alkilados, no tengo problemas con otros géneros. Siento que es algo que me oxigena y me reta creativamente.
SEMANA: ¿No le causa conflictos traicionar la música de sus orígenes?
J.U.: Es que hoy la música es mundial. Los urbanos hacen salsa, bachata, merengue. La gente lo que quiere escuchar es música, poco le importan las etiquetas.
SEMANA: Usted está al lado de una gran artista como Paola Jara, pero muchos sienten que faltan más voces femeninas en este género de la música popular...
J.U.: Siempre para las mujeres es difícil. Este es un género rudo para ellas. Yo he vivido el proceso con Pao y se me hace duro verla en carretera siete u ocho horas para llegar a sus presentaciones. Pero, de ella he aprendido justamente su entrega, su tenacidad. Muchas tiran la toalla, y ella no lo ha hecho por el amor y respeto que siente por la música y su carrera.
SEMANA: Se ven muy enamorados. ¿Han pensado en crecer la familia?
J.U.: En este momento, no. Pero son cosas a las que no puedes decir ni no, ni sí. Hay que esperar lo que tenga Dios para nosotros, en estos momentos estamos concentrados en nuestros trabajos, en proyectar nuestras carreras. Yo sí quiero tener un hijo con Pao, pero no es una prioridad ahora.