Shakira hizo pública, el miércoles 4 de septiembre, una carta en la que ofrece su versión sobre la guerra judicial que mantiene con la agencia tributaria española y en la que acusó al organismo de haber actuado con “prejuicios machistas” y de tratar de “confundir y manipular” para intentar “quemarla en la hoguera públicamente”. La cantante colombiana defiende su inocencia y asegura que asumió el delito fiscal “no por cobardía ni culpabilidad”, sino por proteger a sus hijos.
La carta, que difundió en exclusiva El Mundo, se hizo pública tras el acuerdo alcanzado por la artista, en el que admitió ante el juez el delito fiscal del que se le acusaba. Hacienda española considera que la cantante colombiana sí residió en España entre los años 2012 y 2014 y debía tributar por ello en ese país. La cantante pagó una multa de más de siete millones de euros.
Otras causas fueron archivadas por falta de pruebas y tiene otro proceso abierto pendiente de sentencia.
La artista ha justificado en la carta que el acuerdo en el que asumió el delito lo hizo “no por cobardía ni culpabilidad”, sino para proteger a sus hijos, para “dejarles el legado de una mujer que expuso sus razones con calma”. “Necesito que sepan que tomé las decisiones que tomé para protegerles, para estar a su lado y seguir con mi vida”, escribió la cantante.
En su escrito, la artista explicó que “la década española”, es decir, en la que mantuvo su relación con el futbolista Gerard Piqué, fue una “década financieramente perdida” para ella, después de haber dado 120 conciertos en 90 ciudades distintas. “Todo lo que gané en esos años se lo quedó el Estado español”, expuso.
Shakira ha asegurado que el “artificioso relato de la Agencia Tributaria confundía y manipulaba”. “Lo más frustrante fue comprobar que una institución del Estado parecía más interesada en quemarme públicamente en la hoguera que en escuchar mis razones”, insistió.
Explicó cómo en 2011 viajaba a España, “no por la vocación de permanencia”, sino por el deseo de que su relación con Piqué prosperara pese a que laboralmente le “generaba muchísimas complicaciones” y pone en duda que “la Agencia Tributaria hubiera considerado que tenía una intención de arraigo”.
Por ello, considera que el organismo empleó una estrategia en la que subyace un “prejuicio machista”. “Si el cantante hubiera sido un hombre estadounidense, se hubiera enamorado de una española y la visitara regularmente, me cuesta creer que la Agencia Tributaria hubiera considerado que tenía una intención de arraigo”, argumentó Shakira, para quien “hay un machismo estructural que da por descontado que una mujer sólo puede seguir a un hombre, incluso cuando no le conviene”.
A su juicio, la Agencia Tributaria española presentó “un relato infantil y moralista”, asegura haber cumplido “siempre” con sus obligaciones tributarias. “Mis finanzas fueron investigadas por instituciones tan poco sospechosas como la Casa Blanca, nunca encontraron ni la menor señal de ilegalidad”, y se pregunta si se puede “confiar” que una institución “va a respetar la presunción de inocencia cuando condena públicamente antes de la sentencia”.
En su opinión, “la Agencia Tributaria no trata de castigar a quien no cumple, sino de mostrar trofeos de caza para reconstruir una credibilidad en entredicho”.
“Nos ha tocado vivir en una época marcada por un tono de prepotencia del Estado, pero no es lo mismo avasallar que dar razones”, expuso la artista, para la que “no es lo mismo amedrentar que convencer a la gente”. “Si quieren que creamos en las instituciones, deberían convencernos de que las instituciones creen en nosotros. Las cosas no se solucionan quemando en la hoguera a una figura pública al año, como si se tratara de un proceso de la Inquisición para así recuperar el prestigio perdido”, argumentó la artista en su escrito.