Hace poco más de un mes, en medio de los preparativos de su partida definitiva a Miami, para comenzar una nueva vida al lado de sus hijos, Shakira vivía la angustia de tener a sus padres enfermos. William Mebarack, su padre, de 91 años, había sufrido una recaída y debió ser hospitalizado de urgencia; mientras que su madre, Nidia del Carmen Ripoll, corrió la misma suerte después de que le diagnosticaran una trombosis en una de sus piernas.
Sin embargo, doña Nidia —en cuyo árbol familiar tiene un bisabuelo catalán— pocas veces ha sido noticia. Los medios en Barcelona, donde la colombiana vivió por más de doce años, la llamaron la ‘madre discreta’ por sus escasas apariciones en público. Sin embargo, se convirtió en una mujer clave para que Shakira se convirtiera en la estrella de la música que es hoy.
La historia de un flechazo
Tras nacer en Estados Unidos, William Mebarak se trasladó con solo cinco años a Colombia. Allí conoció a su primera mujer, Lucila, con la que tuvo nueve hijos, hoy hermanos cercanos de Shakira, en especial Tonino, un ángel guardián que no la desampara.
Con William, Nidia se conoció hace cerca de medio siglo, cuando coincidieron en la misma empresa. “Ella trabajaba en la compañía de un amigo, y un día vi el viento pegando sus faldas a las piernas, y me enamoré. Y pensé: ‘Ahora se acabó tu tranquilidad, William...’, porque yo entonces era un hombre casado. Y cuando consolidamos nuestra relación, nació nuestra hija Shakira”, contó William Mebarak hace unos años en una entrevista con el diario La Vanguardia de Barcelona.
Y a pesar de haber trabajado en su juventud en distintos cargos administrativos, una vez que se casó con el padre de la cantante, dedicó su vida a cuidar de Shakira y encargarse de las tareas del hogar, incluso mientras la familia atravesaba una seria bancarrota.
Amorosa, pero muy disciplinada, Nidia Ripoll, hoy de 73 años, sería la encargada de escoger el nombre para su hija —Shakira Isabel—, y la que la educó para que se exigiera cada vez más a sí misma, una de las cualidades que a la cantante más le sirvieron para alcanzar el éxito.
“De Nidia, Shakira ha heredado su agilidad mental y su disciplina. Shakira traía las notas del colegio y Nidia siempre le decía: ‘¡Tú puedes sacar mejor nota la próxima vez, hija, esfuérzate!’, y así la estimulaba”, reveló el padre en la misma entrevista.
Fue también doña Nidia quien advirtió pronto en su hija, desde que estaba muy niña, su asombrosa habilidad para la música. Y fue gracias a su iniciativa que a los diez años, la pequeña e inquieta Shakira Isabel concursó en el show de talentos de televisión Buscando Artista Infantil, el cual ganó durante tres años seguidos. Detrás de esas victorias, siempre estuvo su madre.
También se convirtió en gran impulsora de la Shakira compositora, una vena artística que estaba segura que había heredado de su padre, periodista y escritor. De ahí que Nidia ha vivido de cerca muchos de los procesos creativos de la artista, sus largas horas encerrada en su estudio para crear letras y canciones y también sus bloqueos y frustraciones.
Ha sido además una abuela incansable que ha cuidado de sus nietos cuando la cantante debe acudir a sus giras y compromisos laborales. Y la figura infaltable en los backstage de los conciertos, que se hece cargo de Sasha y de Milan, mientras su madre canta en el escenario. Y, en otras ocasiones, hasta ha trabajado como jefe de prensa de la artista.
Y Shakira ha reconocido ese enorme apoyo en sus redes sociales. Hace unos años, por ejemplo, en un Día de la Madre como hoy, compartió este sentido mensaje con sus millones de seguidores: “Felicidades a la mía y a todas nuestras madres, por creer, cuidarnos, enseñarnos y por el amor que nos han dado desde siempre y que durará por siempre”.
Una amiga en la tormenta
Durante los más de 12 años que duró el matrimonio de Piqué y Shakira, Nidia del Carmen Ripoll convivió con ellos por largas temporadas. Es por eso que, tras la separación, fue acosada por la prensa para que diera alguna declaración al respecto. Y aunque al principio se rehusó a hacerlo, terminó por romper su silencio cuando el jugador catalán visitó a su esposo, William Mebarak Chadid, en el hospital.
“Claro, él vino. Seguimos siendo familia. Creo que tengo una buena relación con él, debo tenerla, porque nosotros no hemos peleado”, puntualizó Ripoll en ese momento.
Fueron las palabras discretas de una mujer que se las ha ingeniado para pasar desapercibida, pese a ser la madre de la más importante artista latina de los últimos años. “Ella ha preferido ese rol, ser la madre que acompaña, que aconseja. Una voz sabia con la que Shakira sabe que puede contar siempre”, expresó William Mebarack en la entrevista.
Un rol que Shakira, seguro, necesitó más que nunca tras su separación con el exfutbolista del Barcelona FC. Por eso, la artista espera con ansias el reencuentro con doña Nidia, en Miami, para seguir contando con su amor y su apoyo.