En 2001 la vida de Sharon Stone dio un giro de 180 grados, pero solo hasta ahora la actriz decidió compartirlo con la opinión pública. Stone comentó recientemente que sufrió un derrame cerebral que la dejó tartamuda y con 22 espirales de platino en su arteria vertebral. Pero añadió que gracias a este episodio vivió una experiencia ‘de otro nivel’ que describió así: en su momento más complicado, sintió que la envolvió un vórtice de luz, luego vio a sus amigos fallecidos, sintió calma y regresó a su cuerpo. Quince años después, Stone –ahora de 58 años– asegura que su ADN cambió: “Mi cerebro no está sentado donde solía, mi tipo de cuerpo cambió e incluso mis alergias a los alimentos son diferentes”. Pero eso no fue todo. Su matrimonio con el periodista Phil Bronstein se acabó, perdió la custodia de su hijo adoptivo Roan y dejó de lado, momentáneamente, la brillante carrera que la hizo merecedora de una nominación al Óscar por la película Casino. Hoy en día no solo vuelve a la escena, sino que relata el trabajo emocional y la fortaleza que desarrolló durante su recuperación. En esta etapa en la que ya no le teme a la muerte, Stone se siente decidida a interpretar nuevos papeles.