El camino de la televisión es arduo y más para aquellos actores y actrices que apenas están iniciando su recorrido, pues hacerse a un lugar en una producción y más cuando esta es exitosa, es algo que muy pocos logran, pues son muchos los filtros que deben pasar y personas que tienen que convencer no solo con su talento, sino con su físico.
La creencia es que hay que tener una apariencia “linda” o dentro de los cánones de belleza aún establecidos de forma errónea para poder “ser descubierto” y así iniciar el ascenso de la fama y el reconocimiento en proyectos importantes, pero la historia a veces se cuenta de la forma opuesta, tal como le ha pasado a la actriz Stephanía Duque, quien le contó al programa del canal Uno ‘Lo sé todo’ cómo ha sido rechazada por ser “bonita”.
“No sé ni tengo muy claros los criterios que manejan algunos directores, pero en ocasiones en las que he querido aplicar a determinados personajes me han dicho que no verán mi prueba porque soy muy bonita para ese personaje”, declaró ante el show de chismes.
Stephanía fue muy sincera y reveló todo lo que ha tenido que sufrir para estar en la pantalla chica, luego de tener una carrera desde muy pequeña como presentadora y luego como modelo, asunto que también ha sido más un obstáculo que una ventaja, pues en entrevistas pasadas la bogotana ya había revelado que el rótulo de “mujer alta y esbelta”, le vale un “no nos llames, te llamamos” en los castings.
“Quién dijo que la mujer del campo, la de la calle o la de la esquina no puede tener ciertos rasgos o facciones; el físico no define a una persona”, añade la actriz, quien ha sido reconocida en el país y en Latinoamérica por su papel de Mariana Marín en la popular serie Sin senos sí hay paraíso, personaje que inició como uno secundario y gracias al talento de la bogotana ha ido evolucionando hasta convertirse en uno de los más queridos.
Stephanía siempre ha definido su arte como la habilidad de convertirse en algo totalmente opuesto a su personalidad, usando herramientas que ha aprendido en su tiempo de preparación; sin embargo, la posibilidad de mostrarlo se ve truncada cuando su imagen angelical y esbelta la encasillan según algunos directores y jefes de castings. “Sabemos que para eso existe la caracterización y para eso nos preparamos los actores, el reto profesional es justamente interpretar aquello que no somos”, arremete la actriz.
Aunque Stephanía es muy consciente de todos los obstáculos que ha tenido que enfrentar en su corta carrera como actriz y personaje público, también sabe que estos momentos han sido los que le han ayudado a ser mejor en su profesión y de forma personal, pues le han hecho mirar más allá del libreto que tiene en frente y de las oportunidades que ha tenido para así buscar otras adicionales y ver el panorama desde otro ángulo.
Incluso, han sido tantas las veces que la han rechazado que ella ya sabe muy bien cuando le dicen “no” porque ella en efecto no es la indicada para el personaje, o cuando las personas lo deciden arbitrariamente; por eso, ella misma se atreve a decir que “uno recibe las patadas, según el burro que te las tire”, pues ya no se deja afectar por comentarios o acciones de aquellos que no les debe nada, pues ella tiene su conciencia tranquila al haberse preparado y postulado para seguir en su camino de aprendizaje.
“Hoy las realidades son otras”, dice Duque, dejando claro que ya hay una nueva generación de actores y artistas que están reescribiendo los requisitos para entrar en el fantástico mundo de la televisión, que tantas emociones les genera a millones de televidentes cada noche.