Desde que el mundo dejó un poco atrás su puritanismo frente al sexo, han surgido terapistas que les ayudan a personas y parejas a mejorar su desempeño en asuntos de alcoba.
Pero Olivia Bentley protagoniza un caso poco ortodoxo en esta actividad, ya que ella pone manos a la obra en su delicada misión, yéndose a la cama con sus pacientes.
“Salvo matrimonios” es una frase que Bentley reitera varias veces cuando la entrevistan y no fue la excepción su reciente aparición en Kennedy News.
“Me involucro físicamente con la mayoría de mis clientes”, afirmó la profesional de 46 años y nacida en Boise, Idaho.
Su trabajo consiste, sostiene, en darles a sus pacientes apoyo emocional y enseñarles a mantener una vida sexual saludable, lo cual necesariamente se refleja positivamente en sus matrimonios.
Ello incluye cumplir con las peticiones que les hacen las propias esposas de algunos de sus clientes.
Bentley, quien recoge la nada despreciable suma de 500.000 dólares al año, afirma que las mujeres suelen pedirle que haga “demostraciones” para sus esposos. Mientras que otras les dan permiso a ellos para que visiten el consultorio de Bentley, que cuenta con un dormitorio.
“Algunas mujeres me dicen: ‘no quiero verme involucrada siempre en esto, pero quiero saber quién eres. Quiero aprobarte para dejar que venga a verte’”, cuenta la educadora en intimidad, que es otro modo en que llama a su ocupación.
Como lo contó en su diálogo con Kennedy News, Bentley atiende unos 10 clientes por semana, en sesiones que requieren de mucho tacto.
“Los pacientes, por lo general, se ponen nerviosos, entonces tengo que hacer mi trabajo haciéndolos sentirse cómodos. Soy como una especie de guía”, explicó.
Algunas sesiones incluyen la presencia de las esposas mientras que ella está con sus maridos, en lo cual cuenta que procura ser muy afectuosa, tanto física como emocionalmente con ellas para que se sientan seguras y confiadas.
La singular terapista también agregó que: “Si ellas se sienten bien, el humor en la habitación mejora, pasamos un verdadero buen momento y los esposos se van muy agradecidos por la experiencia”.
El reportaje aclaró que ella no tiene certificados oficiales que avalen su labor, pero que es máster en educación y que aprendió muchas de sus actuales habilidades cuando se desempeñó como trabajadora sexual en el Nevada’s Moonlite Bunny Ranch, un establecimiento legal de servicios para adultos.
Sostiene también que los hombres acuden a ella debido a la “injusticia” de mujeres que se niegan a cumplir con los deseos de sus parejas.
“Sé que hay muchas relaciones en que no hay contacto íntimo y muchos hombres infelices”, comenta, basada en los testimonios de sus propios pacientes, quienes le expresan lo descontentos que viven con sus relaciones en casa.
Anota que el gran problema de las parejas es que, luego de algunos años, la intimidad se pierde.
“No es una opción estar casada con un hombre y decirle: ‘Lo siento, ya no me gusta el sexo”.
A pesar de lo poco afectuoso que eso es, lo ve todo el tiempo. “No los culpo si van en busca de alguien”, remató Bentley.
Pero ella no solo asesora a sus clientes en qué hacer y qué no hacer entre las sábanas, sino que amplía su mundo al hacerles ver la variedad de detalles que se involucran en una vida de alcoba sana.
Por ejemplo, les aconseja cuidar de su estado físico, porque eso ayuda a mejorar la libido. “Mientras más atlético estás, más sexo quieres y te sientes más seguro de ti mismo”, explicó.
Al respecto, les aconseja a los hombres hacer abdominales para que reduzcan la barriga, dado que esto último restringe el flujo sanguíneo. Si se trata de hacer actividades físicas en pareja, los introduce en el yoga.
“Las parejas que vienen a mis sesiones son las más geniales del mundo, porque entienden la importancia de la sexualidad en su relación como un camino para tener un matrimonio saludable. Es saludable estar abierto a tu intimidad y a tus necesidades”, concluyó Bentley.