El recordado actor colombiano Ariosto Vega, más conocido como Toto Vega, había participado en producciones como Me llaman Lolita, Sofía, dame tiempo, Todos quieren con Marilyn, Los Reyes y Las detectivas y el Víctor, entre otras. Él perdió su vida a raíz de un infarto repentino al finalizar el Festival de Cine Verde de Barichara, evento al que se había dedicado a ser director desde 12 años antes.
Su partida dejó de luto a cientos de personas, incluido famosos, amigos y colegas que compartieron toda su vida con el actor. Una de las personas más queridas por el actor fue su esposa, la también actriz Nórida Rodríguez, con quien compartió durante más de dos décadas su vida.
El amor entre la parejita era como de película, solían ser la relación más estable de la farándula nacional. De hecho, días antes de la muerte del actor, Rodríguez había compartido un emotivo video por el cumpleaños 52 del actor.
Para nadie es un secreto el dolor de la actriz por haber perdido a su pareja. En reiteradas ocasiones, Nórida Rodríguez compartió con sus seguidores el luto que llevaba en su corazón e hizo notorio la falta que le hacía y el dolor que le producía su partida.
“Sigo aquí, detenida en el tiempo, amándote, atesorando cada uno de nuestros instantes juntos, esperando que las lágrimas me dejen ver el sol brillar, que los colibríes vuelvan a nuestro jardín, que los recuerdos dejen de ser puñaladas en el corazón y que algún día no duela tanto hasta respirar”, fueron las palabras de la colombiana a los pocas semanas de la muerte del actor.
En sus últimos días, la colombiana ha querido expresarlo a sus seguidores, quienes han podido sentir al actor entre la belleza de la naturaleza y los recuerdos que nunca faltan del amor de su vida. Uno de los recuerdos que trajo fue cuando se encontraban planeando junto al actor varios sueños y planes para el futuro.
Entre esos proyectos su idea era irse a vivir a una casa en Barichara, municipio en el cual celebraban cada año su festival de cine para dar bellos mensajes de cuidado al medioambiente.
En medio del proceso por ir formando el espacio ideal en su nuevo hogar, encontraron unos visitantes que se asomaban y que poco a poco habían convertido su casa en su refugio.
“Casi desde el comienzo de nuestra vida juntos, Toto y yo teníamos planes de irnos a vivir a Barichara, a lo largo del tiempo fuimos consiguiendo cosas que serían para decorar nuestra casa, una de ellas fue esta botella para alimentar colibríes y como nuestros planes se demoraban, decidí poner la botella en el pequeño balcón (...) Toto y yo la pusimos sin mayores expectativas. Y ante nuestros ojos incrédulos al día siguiente aparecieron nuestros pequeños visitantes y desde entonces no han dejado de venir un solo día”, narraba Rodríguez.
Aquellos colibríes estuvieron en la vida de la pareja, juntos vieron como fue el proceso del nacimiento de sus polluelos y como ellos alzaron su vuelvo al regresar del último festival donde asistió el colombiano.
Al finalizar aquel homenaje termina dando una reflexión muy emotiva, ya que resalta la belleza de la naturaleza y como ella al ver aquellos colibríes recuerda con mucho amor a su Toto. “Durante estos seis meses no han hecho otro nido (…) cada vez que los veo, veo algo de Toto en ellos.”.