Oppenheimer, la cinta de Christopher Nolan que le hace la seria competencia a Barbie, la otra película de moda, ha vuelto a despertar el interés por la bomba atómica que cerró el telón de la Segunda Guerra Mundial en 1945.
Gracias a ella, por ejemplo, muchos se han enterado de que aún quedan sobrevivientes de la explosión de esta letal arma en las ciudades japonesas de Nagasaki e Hiroshima, que dejó unos 214.000 muertos, además de incontables heridos y daños visibles durante mucho tiempo a causa de la radiación.
Uno de ellos es Yasuaki Yamashita, quien tenía solo 6 años cuando la bomba estalló en Nagasaki, donde vivía con su familia, pero lo recuerda todo como si hubiera sido ayer.
Así lo manifestó en una entrevista dada a conocer por Universal Pictures, luego de ver el filme, que relata las incidencias al interior del Proyecto Manhattan, el cual se encargó del desarrollo de la bomba atómica en medio de la última contienda mundial.
Yamashita fue invitado a ver la cinta y a contar sus impresiones, las cuales, como era de esperarse, afloraron con una gran carga emotiva.
“Al ver la película, estaba temblando realmente por la tristeza, la memoria y el padecimiento. En la escena de la prueba atómica, empecé a sufrir, no podía ver. Tuve que taparme los ojos y empecé a llorar”, aseguró el japonés, de 84 años, en la interviú.
Se le vinieron a la memoria los sucesos de aquel fatídico 9 de agosto de 1945, cuando un vecino advirtió haber visto un avión extraño sobrevolando sobre Nagasaki.
Ante ello, su madre le dijo que se fueran al refugio de la casa, por si algo pasaba.
“Ella tomó mi mano y en el momento en el que entramos vino una explosión terrible. Ya pueden tener una idea de esa explosión por la película. Era una luz tremenda. Como si fueran mil relámpagos al mismo tiempo. Empezamos a sentir que cosas volaban sobre nosotros, pero de repente (se hizo) un silencio total”, recordó el nipón.
“Realmente me interesó mucho ver la película. Quería entender mucho más a Oppenheimer (científico protagonista de la cinta), quería conocer sobre su personalidad, ¿qué pensaba?, ¿en qué situación vivía?”, explicó.
A los 23 años de tan dura experiencia, el japonés llegó a México como parte del equipo de prensa de su patria para el cubrimiento de los Juegos Olímpicos. Fue un viaje sin retorno, pues desde entonces se radicó en el país azteca, donde reside actualmente y ha desarrollado una gran pasión por su cultura.
Para Yasuaki Yamashita no ha sido nada fácil procesar la experiencia de la bomba atómica.
Solo hasta 1995, 50 años después de la tragedia, fue capaz de confesarle a un amigo, por primera vez, que era sobreviviente de la histórica explosión. A partir de ese momento, se convirtió en activista contra las armas atómicas.
“Lo importante de ver esta película es que la gente entienda que jamás puede volver a suceder esta tragedia. Si se olvida, se puede repetir. Por eso creo que es importante que la vean los jóvenes, sobre todo. Nadie pue volver a sufrir como sufrimos nosotros”, señaló Yamashita.