Conmovida, multitudinaria y merecida, así fueron las exequias en Medellín del famoso artista antioqueño Darío Gómez, tras su fallecimiento el martes en la noche en la Clínica Las Américas de Medellín.
Durante los días de velación del ‘Rey del Despecho’, su familia, seguidores y amigos del alma, no dejaron de lamentar su partida y en cada momento corearon sus canciones.
Entre los más afectados, una vez se conoció la muerte del artista, está el también cantante y amigo de hace décadas, Luis Alberto Posada. Sin duda, uno de los que más ha sentido la partida de Darío Gómez.
A propósito, durante las últimas horas se vio a Luis Alberto Posada desconsolado, llorando, en su primer concierto desde la muerte de su gran amigo.
El concierto ‘Sírvalo pues Bogotá’, en el que también iba a participar Darío Gómez y que se llevó a cabo este sábado 30 de julio en el Centro de Eventos de la Autopista Norte, se vivieron momentos conmovedores, cuando Posada estaba en el escenario.
Allí, intentó entonar su éxito Por quién doblan las campanas, pero la tristeza lo invadió al recordar a su entrañable colega.
En los videos que se viralizaron en las redes sociales se aprecia a Posada llorando y tratando de recuperar el aliento para poder entonar la canción, hasta que cayó de rodillas, mientras los asistentes al concierto trataban de alentarlo.
Finalmente, Posada sacó alientos, se puso en pie y con voz entrecortada entonó la melodía en medio de aplausos y gritos de los fanáticos.
Ella es la mujer que se negaba a dejar a Darío Gómez solo en su tumba, su gran amor
Luego de ser sepultado el cuerpo de Darío Gómez, el ‘Rey del Despecho’ en Colombia, fueron varios los minutos que familiares y amigos permanecieron en el lugar cantando sus canciones y recordando lo vivido.
Sin embargo, destacó que la última en irse del cementerio Campos de Paz, fue Johana Vargas, su gran amor y con quien Darío pasó los que, sin saberlo, serían sus últimos días.
Seis agrupaciones de mariachi cantaron sus canciones en medio de la sepultura, además de Amigo, de Roberto Carlos, ‘Nadie es eterno’, ‘Amor eterno’ y ‘Ángel perdido’, entre otras; pero tan pronto las trompetas callaron, Johana empezó a cantar a solas y casi en susurro las letras de ‘Amor eterno’, luego se le sumó Daniela y poco a poco otras personas más.
Ella no quería separarse de la tumba, porque con él vivía. Johana, la mujer que se robó el corazón de Darío durante muchos años, y quien fue su inspiración para varias de las composiciones que hizo en los últimos años.
El día que murió, antes de su deceso, él la llamó para decirle que llegaba un poco tarde y la siguiente llamada que recibió fue para ser informada de la muerte de su pareja, el gran ídolo de la música popular. Ella vivía con él y sus perritos Abril y Bethoven.
“Él les decía mis chachorros y les cantaba: mis chachorros, cachorritos, todo el tiempo les cantaba; él les alcahueteaba absolutamente todo, que dañaran lo que fuera, que no le importa, que dañen lo que sea que eso yo lo repongo”, expresó Vargas.
Los “chachorros” son traviesos, dañaron varios elementos del hogar, pero eran los consentidos de Gómez, así que no había problema por ello. Johana contó que los acariciaba mucho “se tiraba a la cama, lo lamían, él les hacía como cosquillas, les daba besos”.