En la historia de la ceremonia de premiación de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, ha habido momentos incómodos. En 1974, el galerista Robert Opel apareció desnudo en el escenario mientras David Niven y Elizabeth Taylor presentaban el galardón a la mejor película.

Un año antes, cuando anunciaron el nombre de Marlon Brando como ganador del premio a mejor actor por su papel en El padrino, en representación suya subió al escenario Sacheen Littlefeather, una americana nativa quien informó a la audiencia que el actor rechazaba el Óscar en protesta por la forma cómo la industria del cine maltrataba a los indígenas.

Y recientemente, en 2017, Warren Beatty y Faye Dunaway anunciaron como mejor película a La La Land cuando era Moonlight. Todos estos incidentes parecen un chiste frente a lo que sucedió la noche en que se emitió la edición 94 de los Óscar.

El comediante Chris Rock estaba en el escenario para entregar el premio a mejor documental y, en preparación para ello, dijo algunos chistes, entre ellos uno sobre Jada Pinkett Smith, quien sufre de alopecia, una condición por la cual perdió su cabellera. Su esposo, Will Smith –en ese momento favorito a quedarse con la estatuilla a mejor actor–, se rio, como siempre lo hacen los asistentes acostumbrados ya a este tipo de chanzas. Pero Jada permaneció seria y molesta.

De repente, el actor caminó enfurecido hacia Rock y le dio una cachetada. Todos pensaron que era parte del espectáculo, que cada año pierde audiencia. Pero ya en su silla, Smith le gritó “mantén el nombre de mi esposa lejos de tu maldita boca”. No quedó duda. Era cierto y sucedía en la transmisión en vivo.

A pesar de la agresión, el espectáculo continuó como si nada, entre la sorpresa y la incredulidad de los asistentes. Diez minutos después, Smith volvió al escenario para recibir el Óscar a mejor actor por su papel como Richard Williams, padre de las tenistas Serena y Venus Williams. Aunque ya no había ira en su cuerpo, sino más bien arrepentimiento, el actor no aprovechó la oportunidad para pedirle perdón a Rock, con quien ha tenido una cordial relación en el pasado.

Chris Rock es un comediante reconocido que ha ganado premios por su talento. Por el incidente, la gira de su espectáculo se vendió por completo y los precios de la boletería se dispararon. | Foto: 2022 Getty Images

Tampoco condenó el acto de violencia que acababa de protagonizar, sino que se refirió a Richard Williams como un feroz defensor de su familia. Y, en una actitud que se leyó como una justificación de sus actos, dijo: “Las cosas que hacemos por amor”.

El público asistente lo ovacionó, un hecho criticado por los sociólogos porque denota normalización de la violencia. Las reacciones al otro día estaban en todas partes. Fueron muy pocos los medios que publicaron la foto de Smith recibiendo el Óscar, como habría sucedido si esa noche hubiera transcurrido normalmente.

Por el contrario, la imagen de él asestándole la bofetada a Rock apareció acompañada de opiniones muy diversas que trataban de explicar el incidente. Expertos en temas de raza, violencia y trauma salieron a decir que aquellas personas que crecen en estos ambientes suelen tener estas salidas, haciendo alusión a la niñez de Smith, quien, según sus memorias, vivió en carne propia la violencia por parte de su padre. Dijeron que esa combinación de volatilidad y falta de control era común en muchas víctimas de esos abusos.

El movimiento de mujeres afroamericanas, sin embargo, vio el hecho como un momento histórico en el que por fin un hombre protege la dignidad de una mujer negra. Las víctimas de violencia doméstica se enfadaron, pues, al decir que el amor nos hace hacer cosas locas, Smith aludió a las excusas que usan estos abusadores para seguir perpetrando sus agresiones.

Otros simplemente vieron a un hombre dolido por un chiste dirigido hacia un ser querido con una enfermedad. Unos pocos se fueron lanza en ristre contra Rock por sus chistes flojos y vaticinaron la muerte inminente de esa ceremonia. Todo lo anterior explica por qué el tema continuó cuando se apagaron las luces del auditorio. Aún más, la situación fue pasando de castaño oscuro a medida que transcurrió la semana, y se escucharon las voces de colegas de Smith en las redes sociales y los medios de comunicación condenándolo.

El director Judd Apatow fue muy crítico: “Podría haberlo matado. Eso es pura rabia y violencia fuera de control. Han escuchado un millón de chistes sobre ellos en las últimas tres décadas. No son novatos en el mundo de Hollywood y la comedia. Perdió la cabeza”.

Jim Carrey, en una entrevista en el programa CBS This Morning, dijo: “Me sentí asqueado por la ovación de pie. Hollywood no tiene carácter y realmente sentí que esto es una clara indicación de que ya no somos el club de moda”. En términos legales, Smith salió bien librado, puesto que Rock no presentó cargos. Sin embargo, el miércoles la Academia, que ya había condenado el hecho, inició una investigación formal que podría terminar en una sanción moral e, incluso, implicaría que tenga que devolver su premio.

El actor habría violado el código de conducta por “contacto físico inapropiado, comportamiento abusivo o amenazante y por comprometer la integridad de la Academia”, dijo la organización en un comunicado. La investigación preliminar reveló que las directivas actuaron esa noche para sancionar a Smith y le pidieron que se saliera del recinto, pero él se rehusó.

Aunque la Academia reconoció que “podríamos haber manejado la situación de otra manera”, señaló que, dentro de las acciones disciplinarias, estaría la suspensión, expulsión u otras sanciones permitidas por los estatutos y normas de conducta. Otra reunión de la junta está programada para el 18 de abril, en la que se tomará una decisión final.

Diez minutos después de la cachetada, Will Smith volvió al escenario para recibir el premio a mejor actor. Aunque en el momento la audiencia lo ovacionó, muchos lo criticaron luego por esa reacción inesperada. | Foto: AP

Smith ha mantenido un perfil bajo en las redes sociales desde que emitió su extensa disculpa el lunes. “Me pasé de la raya y me equivoqué”, escribió. “Estoy avergonzado y mis acciones no fueron indicativas del hombre que quiero ser. No hay lugar para la violencia en un mundo de amor y bondad”, agregó. Aunque en esa disculpa también mencionó a Rock (“Quiero disculparme públicamente contigo, Chris. Me equivoqué y estaba fuera de lugar”), no fue suficiente para sofocar el malestar causado entre los miembros de la Academia, que están “molestos e indignados”.

Mientras tanto, Rock, de 57 años, se mantuvo silencioso tras el incidente, en parte porque iniciaba una gira en Boston de su espectáculo de comedia y en parte porque ambos han trabajado juntos en el pasado. En 1995, Rock fue invitadoava a la comedia The Fresh Prince of Bel-Air, que lanzó al estrellato a Smith. En 1997, los dos hombres fueron fotografiados riéndose juntos en los premios MTV Video Music. En 1999 se interpretaron a sí mismos en el documental Torrance Rises, de Spike Jonze. Y en 2005 Rock le entregó a Smith un premio en los Kids’ Choice Awards.

Rock es considerado uno de los más incisivos y provocadores del stand-up comedy. Ha ganado tres Grammy y tres Emmy, y su fortuna está calculada en 60 millones de dólares. Esta semana, la expectativa de su gira creció con el incidente, por lo que la boletería de 46 dólares por entrada pasó a 400. En la noche de estreno rompió su silencio. “¿Cómo estuvo tu fin de semana?”, bromeó, a lo que el público respondió con risas.

“No tengo mucho que decir sobre lo que sucedió. Todavía estoy procesándolo. En algún momento hablaré de esa mierda. Y será serio y divertido, pero ahora voy a contar chistes”, dijo, entre lágrimas. Una evidencia más de que en esa noche todos perdieron.