SEMANA: Usted es un actor muy reconocido y uno de los mexicanos más influyentes del momento. ¿Qué significa representar al rey Vicente Fernández?

Jaime Camil: Es un orgullo, un honor, un privilegio. Es un proyecto muy bonito que está lleno de magia. Como actor esperas que te lleguen estos proyectos, pero eso sucede una vez cada vida. A mí ya me tocó gracias a Dios.

SEMANA: ¿Qué tan admirador era usted de su vida y de su música?

J.C.: Todos los mexicanos admirábamos a Vicente y a su música. Ciertamente, no fue de mi generación. Fue más una figura que siguieron mis padres, pero, obviamente, Vicente está siempre presente en la vida de cualquier mexicano y me atrevería a decir que en la de cualquier colombiano. Yo creo que Vicente Fernández es Vicente Fernández tanto en México como en Colombia.

SEMANA: ¿Cómo fue el proceso para interpretarlo?

J.C.: Nosotros quisimos estar totalmente alejados de la parodia, de la imitación y de la caricatura. Queríamos un personaje real y humano que conectara emocionalmente con el público. Entonces, aprendí algunos ademanes, gestos y formas de hablar de Vicente, pero eso solamente es como el betún del pastel, no la mezcla del pastel. Como actor buscas conectar de manera muy sincera y muy genuina con el espectador a través de la emoción y del corazón.

SEMANA: ¿Qué tan presente estuvo Vicente Fernández en la producción?

J.C.: Caracol hizo una gran labor con la familia. Esta es la única serie autorizada por el propio Vicente. Es un trabajo de dos años. Vicente contó historias y anécdotas personales e íntimas que hacen la diferencia en la serie y que ya podrán ver en la producción. Algunas ya han salido en los episodios que están al aire. Obviamente, yo no conocía a Vicente como tal. Una vez le dije: “Señor, un placer conocerlo, todo un honor”. Pero sí soy muy amigo de los hijos: de Vicente (Jr.), de Gerardo y de Alejandro. Cuando la producción se concretó, yo todavía no estaba en el mapa. Pero ellos pidieron que, fuera quien fuera el actor seleccionado, este no debería basar su estudio en verlo en sus películas. Porque las películas son como una versión un poco exagerada de Vicente.

SEMANA: ¿Y, entonces, usted qué hizo?

J.C.: Yo creo haber visto el 95 por ciento de videos que hay en YouTube de Vicente en entrevistas, hablando de maneras íntimas, viendo cómo se expresaba cuando hablaba con Verónica Castro o con las demás personas. Todo eso lo fui tomando para el personaje. Esos momentos íntimos de Vicente y no el Vicente del escenario fue lo que traté de captar. Porque del Vicente en la tarima hay mil imitadores, pero yo quería era tomar esos rasgos de personalidad que tenía él. Ese fue el proceso de investigación.

SEMANA: Al ser la única bioserie autorizada por Vicente, ¿qué historias se cuentan que no conocíamos de él?

J.C.: Hay muchas anécdotas personales e íntimas de Vicente. El televidente va a conocer a un Vicente de niño y muchas situaciones en su vida en las que él tuvo pérdidas importantes que lo marcaron como ser humano. La serie toca un personaje mágico o fantástico, que es la muerte. Con la muerte estamos personificando esos momentos de duda o esos momentos que se presentaron en la vida de Vicente, en los que él tenía que tomar decisiones importantes, que iban a marcar su futuro de cierta manera. Por eso, se incluyó el elemento del personaje fantástico de la muerte.

SEMANA: Ya que habla de la muerte, ¿cómo irrumpió la partida de Vicente Fernández en la producción?

J.C.: Fue tristísimo. Cuando empezamos a leer el guion, Vicente ya estaba en el hospital. Era muy difícil contener la emoción de pensar que la idea original era que él estuviera ahí. Él debió estar también aquí en Colombia con nosotros viendo la serie. No está por este desafortunado accidente que tuvo, que nadie se lo esperaba, ni siquiera él ni la familia ni nadie. La producción estuvo en una situación muy complicada y muy difícil. Él iba a ir a la premier con nosotros. Entonces, en este primer momento, en la lectura del guion, teníamos que parar un poco, nos ganaba la emoción. Terminamos llorando en la realización. Decíamos ¡carajo! ¿Por qué está en el hospital? ¿Cómo pasó esto? También hubo muchos momentos mágicos y emotivos y muchas conexiones muy astrales con este proceso de la serie. Es por eso el éxito que ha tenido en Colombia y que si Dios quiere tendrá en Netflix.

SEMANA: Vicente acompañó a millones de latinos en el amor y en el despecho. ¿Cómo puede describir al gran amor del rey, doña Cuquita?

J.C.: Básicamente, sin Cuca no hay dinastía Fernández. Sin la tenacidad y la inteligencia de Cuca de mantener a una familia unida, de entender la carrera de Vicente, de ser una mamá y el pilar de la familia en toda la extensión de la palabra, no hay Vicente. Sin Cuca no habría familia Fernández como la conocemos. El crédito para ella es absoluto. Ella mantuvo a Vicente con los pies sobre la tierra cuando lo tenía que hacer y mantuvo a su familia muy aterrizada.

SEMANA: ¿Qué se siente que la serie de un personaje tan emblemático para México, como es Vicente, sea producida por una empresa colombiana, como Caracol?

J.C.: A los creadores de contenido no se les pone una nacionalidad. Si eres un creador de contenido exitoso, como lo es Caracol, creas contenido de nivel internacional, como es la serie de Vicente. Varias empresas tuvieron la oportunidad de ir con Vicente y de hacerle una oferta respetuosa y del nivel de su carrera para conseguir los derechos de hacer su vida. Caracol le dio una propuesta del nivel de carrera que se merece Vicente y qué bueno que se quedó en Caracol, porque, después de México o al mismo nivel de México, Colombia es un país que le tiene un gran cariño a Vicente Fernández. Entonces, pues, maravilloso que se haya quedado con una empresa colombiana.

SEMANA: ¿Este amor de los colombianos por Vicente lo conocía o le sorprendió?

J.C.: Lo conocía, pero quiero agradecerle a Colombia por cómo han cobijado la serie, que no es local, que es un proyecto nuevo con actores mexicanos, con modismos mexicanos, etcétera. La verdad es que Colombia y México tienen una conexión muy especial. Fue muy emocionante y muy emotivo ver los números con los que abrimos y ver que el público sigue aceptando y cobijando la serie.

SEMANA: ¿Qué le ha dejado Vicente para su vida profesional o personal?

J.C.: Pues siempre te queda una pequeña característica de todos los personajes que haces. Viven en tu corazón en un lugar especial, pero, pues, Vicente por ser Vicente y por el tamaño que representa tiene un lugar todavía más especial en mi corazón. Fue un reto tremendo grabarlo, porque en los años setenta y ochenta se solía grabar canciones dos tonos arriba para que brillaran más y luego se cantaban dos tonos abajo en vivo para que aguantara la voz. Entonces, me puse el reto de cantar y grabar todas las canciones de Vicente en sus tonos originales. Eso fue muy complicado. Estudié ópera. Me costó trabajo. Estaba en el estudio de grabación con mis audífonos, tenía la pista, tenía mi voz y tenía la voz de Vicente. Ahí yo trataba de parafrasear a Vicente, de hacer esa ‘oooo’ que lo caracteriza, de acariciar la nota, de susurrar las canciones. Fue un proceso creativo muy bonito. Muy demandante pero muy satisfactorio.

SEMANA: Para finalizar, ¿qué les diría hoy a los colombianos fanáticos de Vicente?

J.C.: Agradecerles que hayan acogido la serie y que la sigan viendo. Ahora viene ya la etapa de Vicente adulto, en la que van a conocer momentos que marcaron su Vicente y que lo hicieron el exponente de la música ranchera que fue. También, los obstáculos que tuvo con su familia. Les diría que la serie se va a poner muy muy interesante.