Nació en la capital musical de Colombia, Ibagué, y durante algunos años se acostumbró a los aplausos de los que admiraban su voz ronca y su estilo diferente. Pero un día, hace seis años, Clemencia Torres dejó la guitarra y el microfóno y se convirtió en una activa promotora de la cultura colombiana. Ahora, al frente de la Subdirección del Teatro Nacional, se ha sumergido en el mundo de la organización y administración de eventos culturales, junto con ese remolino de actividad que es Fanny Mickey. La voz de Clemencia sólo la oyen ahora sus amigos más cercanos, en reuniones privadas que, aunque se prolonguen, no impiden que se levante a las cuatro de la mañana a recoger las espinacas y las zanahorias que cultiva en la huerta de su casa.