El cantante de música popular Yeison Jiménez le mostró a sus seguidores un accidente que tuvo en medio de uno de sus conciertos en Colombia.
El intérprete de El Aventurero publicó un video en el que muestra cómo se quemó en su pecho luego de acercarse a uno de los lanzallamas que están instalados en los conciertos y que funcionan para ambientar el show.
El artista aseguró que se acercó a sus fanáticos en medio del concierto en Córdoba para saludarlos y recibirles una copa de aguardiente sin percatarse de la cercanía que tenía con el lanzallamas y terminó quemándose, sin darse cuenta.
Al llegar a casa, notó que se había quemado y decidió contarlo en sus seguidores.
“Bueno, mi gente, no es por quejarme, pero miren la quemada que me pegué ayer. No me di cuenta y me arrimé mucho al lanzallamas y de la emoción vea”, contó en su Instagram.
El incidente no pasó a mayores ni tuvo que ser atendido por los médicos, contó Jiménez, solamente con cuidados en casa para recuperarse de la quemadura.
“Aprendí a no confiar”: Yeison Jiménez luego de perder más de $ 4.000 millones en estafas
El cantante de música popular Yeison Jiménez estuvo hablando sobre su vida y los sucesos que marcaron su historia en el pódcast Inversionistas al desnudo. Allí tocó algunos puntos neurálgicos en su vida que lo llevaron a “no confiar”.
Jiménez expresó que no solamente el éxito se mide en dinero. “En lo poco que he podido aprender, he tratado de medir el éxito con el tamaño de la felicidad. Es decir, algo que me trae felicidad, me está trayendo el éxito”, agregó.
“Me rodeo de mucha gente; como soy una persona poco maleable –yo estudié metalmecánica– eso me ha permitido conocer personas que tienen dinero, tienen tiempo libre, pero no son felices y ahí hay una carencia brutal. Pasa mucho en los artistas, que cometen muchas locuras”, continuó.
“Soy hijo de padres campesinos, pero empresarios, mi papá era un hombre rico en el pueblo, donde yo nací; a sus 36 años gozaba de una calidad económica mediana. A mi mamá siempre le ha gustado mucho el comercio”, pero aseguró que la relación se dañó y quedó en medio.
Entre tanto, dijo: “No busqué la música, la música me buscó a mí, nunca me obsesioné con el éxito. Llegué a una plaza de mercado (desde Caldas) a cargar bultos de 3:00 a. m. a 11:00 a. m., estudiaba de 12:00 m. a 6:00 p. m., llegaba a mi casa a las 7:30 p. m. porque me iba caminando, a las 9:00 p. m. terminaba de hacer tareas y me acostaba para a las 2:30 a. m. levantarme a trabajar”.
“Siempre anduve armado, estaba viviendo una guerra entre los barrios, estaba agotado de esa vida de excesos, y lo dejo cuando conozco a una chica que estaba buenísima que era cristiana” y ahí empezó a asistir a la iglesia con ella.
Luego de varios altibajos en su vida, estuvo asistiendo por algún tiempo a la iglesia Manantial de Vida Eterna, y llevó a varios de sus amigos, que lamentablemente perdían la vida, a sus 15 o 17 años. En medio de eso, “conocí a Dios y cuando uno conoce a Dios, nunca vuelve a ser el mismo”, expresó.
Afirmó que hizo un imperio “ahorrando de a 1.000 pesos, porque lo único que me quedaba diario era eso, lo descambiaba en billetes, los guardaba debajo del colchón y recogía un millón de pesos. ¿Qué hacía con eso? Me iba a un estudio de grabación e incluso mi hermana mayor se burlaba”.
Asimismo, mencionó un estudio de grabación que le “robó”, pero dijo que empezó pidiendo que lo dejaran cantar en los bares y cuando le permitían, vendía su disco, que producirlo, le costaba 600 pesos. “Si me daban 500 pesos me robaban, pero de ahí en adelante, ganaba... 5.000, 10.000 pesos, lo que fuera. Y en un bar de esos, conocí a Rafael, que fue mi mánager por diez años”.
“Después de dos años andando por todo este país en bus, pego mi primera canción, después de muchas historias muy fuertes, de dormir en un parque, de ir a un pueblo porque ‘me habían contratado’ y no me dejaban cantar. Devuélvase cómo pueda”, contó; además, cuando llegaba a casa, su mamá le preguntaba cómo le había ido, y contestaba siempre “muy bien, pero lloraba” en su cama, cuando nadie le veía.