Una noche más en el set del espectáculo de imitaciones ‘Yo me llamo’ sorprendió con la aparición de un imitador de Jessi Uribe.

Interpretando Matemos las ganas, subió al escenario este participante proveniente de Venezuela, y aunque tuvo una buena recepción por parte del público y de los jurados, Yeison Jiménez, quien también es intérprete de este género musical, dudó para darle el sí.

Con el sombrero bien puesto, el carisma y la actitud viva, comenzó su presentación haciéndole cumplidos a Amparo Grisales, quien lo miró expectante y al poco tiempo se río. El paso preferido de este hombre fue el movimiento de sus hombros que acompañó con miradas pícaras y sonrisas. Entre tanto, el comentario de Yeison Jiménez fue contundente, “tiene que afinar”; segundos después se acabó la interpretación.

Los primero comentarios de Grisales: “tienes que engordar un poquito más”; sin embargo, Escola discrepó y dijo que por el contrario, tenía que bajar un poco su masa muscular. Seguido de esto, el participante quedó en manos de Jiménez quien comenzó por aclararle que su situación estaba “difícil”, esto por la amistad que hay entre los dos cantantes, aunque le abonó la caracterización del personaje.

Mientras se acercaba la deliberación, los jueces recordaron el paso de Jessi Uribe como jurado del programa y le pidieron que cantara de nuevo al participante, quien comenzó a entonar la canción El último no, y mientras se acercaba a una de las notas más altas, Jiménez estaba esperando que llegara y con un resultado positivo, le dio su voto de confianza seguido del sí de los otros dos jurados.

La recomendación que se llevó este participante fue la de separar los momentos en los que se habla y canta, esto para no como un mensaje para que abandone la caracterización luego de las canciones, si no para que pueda controlar mejor la voz a la hora de interpretar las melodías populares. Por su parte, Amparo Grisales solo le dijo que no se fuera a depilar las cejas, y con un puño al aire y una amplia sonrisa celebró su paso el participante.

Durante el video de presentación se pudo conocer que este hombre es un migrante originario de San Fernando de Apure, una ciudad en el estado de Apure, Venezuela. Llegó hace aproximadamente tres años a Colombia, según contó, con 5.000 pesos en sus bolsillos y con la intención de salir adelante, por lo que comenzó a vender bombas en la calle.