La primera cosa extraña que notaron quienes llegaron a la sede del Banco de la República en Valledupar el lunes 17 de octubre de 1994, alertados por el aviso de un celador, fue que el ascensor estaba sucio, enlodado y mojado. Ya habían recorrido el primer piso y todo estaba en su sitio, pero cuando pidieron el aparato para bajar al sótano se dieron cuenta de que algo había pasado. Al bajar encontraron un completo caos de herramientas, caretas, máquinas de soldadura, zapatos y hasta tanques de oxígeno. Y aún no habían descubierto lo peor: la bóveda tenía un hueco y estaba prácticamente desocupada. Faltaban 24.072 millones de pesos. El episodio pasó a la historia como el robo del siglo XX en Colombia y fue noticia en todo el mundo, porque hasta el día de hoy nadie ha robado tanto dinero en efectivo de un banco emisor. Y menos de la manera en que lo hicieron en Valledupar: entraron por la puerta principal, no dispararon ni alarmaron a las autoridades durante las 21 horas que estuvieron adentro.