Hay gran conmoción en Estados Unidos, incluso en otros países como Francia, por el asesinato de George Floyd a manos de la policía el 25 de mayo pasado. Floyd, un ciudadano negro de 46 años de edad, murió después de que un policía blanco lo inmovilizara y le presionara el cuello con la rodilla durante más de nueve minutos, incluso cuando este ya no respondía. El video de Floyd diciendo "no puedo respirar" generó conmoción en Minneapolis (Estados Unidos) y desató una ola de protestas pacíficas, acompañadas de disturbios nocturnos y saqueos en algunas ciudades estadounidenses. Miles de personas se han volcado a las calles, sin importar el coronavirus, a pedir que semejante crimen no quede impune. Derek Chauvin, el policía que inmovilizó al fallecido, fue arrestado el viernes y se le imputaron cargos por homicidio involuntario, según los resultados de la primera autopsia que reveló que Floyd padecía daños en las arterias coronarias. La familia, en desacuerdo con esta tesis, busca que el agente sea acusado de homicidio en primer grado y que otros tres agentes que también estaban en el lugar sean procesados. Este caso ha sido objeto de polémica mundial y en París, capital de Francia, cerca de 20.000 personas participaron el martes en una manifestación no autorizada contra la violencia policial, que derivó en altercados, con individuos levantando barricadas o lanzando proyectiles contra los agentes.