Entre el 16 y el 17 de octubre de 1994, un grupo de asaltantes se metió a la sede del Banco de la República de Valledupar, haciéndose pasar por un equipo de mantenimiento del aire acondicionado. Lo tenían todo preparado y habían planeado el asalto durante varios meses, incluso años. Tenían una ficha dentro del banco y habían incluído en el plan a varios policias, e incluso habían hecho una millonaria inversión contratando una maquina para perforar la boveda de seguridad donde se guardaban los billetes que la semana siguiente se iban a repartir por la región.