La Superintendencia Financiera de Colombia expidió la "Guía de buenas prácticas para la emisión de bonos verdes", que tiene como objetivo fundamental promover la integridad, transparencia y divulgación de información asociada a ese mercado de títulos valores en el país.  Esta guía incluye recomendaciones que pueden ser adoptadas de manera voluntaria por los emisores de esos títulos representativos de deuda de entidades públicas o privadas en el mercado de valores colombiano.  En ella se orienta a los emisores sobre cómo estructurar y presentar la información dentro del prospecto de información, provee herramientas que facilitan los reportes sobre el desempeño de los bonos verdes y, eventualmente, medir la contribución de estos títulos al cumplimiento de metas y estrategias individuales, nacionales o sectoriales relacionados con objetivos ambientales.  La "Guía de buenas prácticas para la emisión de bonos verdes" incluye las recomendaciones que debe tener en cuenta el emisor para aplicar los más altos estándares mundiales, incluidos los principios de la Asociación Internacional del Mercado de Capitales (Icma, por sus siglas en inglés) relacionados con la selección de proyectos, gestión de los fondos y reportes, así como los requerimientos de Climate Bond Initiative (CBI).  El documento se divide en cuatro capítulos: contexto relacionado con la sostenibilidad y el cambio climático; vínculo entre la sostenibilidad y el sistema financiero; marco conceptual de los bonos verdes y prácticas internacionales sobre el particular, y la implementación de la guía en el contexto colombiano.  Las recomendaciones incluidas en este último capítulo responden a la expectativa, tanto de inversionistas nacionales e internacionales como de todos los interesados en esa clase de títulos de deuda.  La Superintendencia Financiera también expidió la Circular Externa 028 de 2020, mediante la cual incorpora la definición de Bono Verde en las emisiones de valores e imparte instrucciones sobre la información mínima que deben contemplar los prospectos de emisiones de estos bonos en el país. Le puede interesar: Colocaciones de bonos durante la cuarentena superaron los $4 billones De esta manera, Colombia se convierte en el primer país de la región en contar con un marco normativo exclusivo para este tipo de bonos temáticos y avanza en la consolidación de las bases para el desarrollo del mercado local de bonos verdes. El nombre de "bonos verdes" obedece a la destinación específica que tienen los recursos obtenidos en la oferta pública de esos títulos. La única diferencia con los bonos ordinarios o bonos de deuda pública interna es, precisamente, la destinación de los recursos.  Así, los bonos verdes son un instrumento de deuda en el que, a diferencia de los bonos ordinarios, se requiere que los recursos obtenidos sean utilizados para proyectos que contribuyan de manera sustancial al cumplimiento de metas establecidas en torno a la mitigación y/o adaptación al cambio climático, la conservación de la biodiversidad y/o el control de la contaminación del aire, del agua y del suelo, entre otros. El mecanismo de autorización y demás normas aplicables son análogas a las correspondientes a estos bonos y, por lo tanto, la oferta pública debe ser autorizada por la Superintendencia Financiera de Colombia y estar inscrita en el Registro Nacional de Valores y Emisores.  El crecimiento verde, en línea con una economía baja en carbono, requiere de mecanismos financieros innovadores que permitan canalizar recursos hacia el logro de objetivos ambientales.  A nivel mundial, entre 2007 y 2019 se realizaron emisiones por US$600.000 millones en bonos verdes y en el último año se alcanzó una cifra récord por US$257.000 millones.  Estos recursos se utilizaron para financiar proyectos de energía (31%), construcción verde (30%), transporte (20%), agua (9%), entre otros proyectos. En total, las emisiones de bonos verdes representan el 0,6% del mercado global.  En Colombia, este instrumento de financiación ha mostrado crecimientos importantes desde la primera emisión en 2016. Entre los beneficios citados por quienes han realizado este tipo de operaciones está la diversificación de la base de inversionistas y la construcción de reputación como organizaciones que piensan estratégicamente y a largo plazo. A la fecha, las emisiones de bonos temáticos verdes y sostenibles alcanzan los $2,77 billones o $3,99 billones, si se incluyen los bonos sociales y naranja. Este tipo de emisiones en el mercado han sido lideradas por el sector bancario, con una amplia diversidad de proyectos financiados. Le puede interesar: Bonos verdes de ISA fueron sobredemandados 2,5 veces