A pesar de los esfuerzos pedagógicos de las autoridades locales y muchas entidades del sector privado, todavía buena parte de la ciudadanía no sabe cómo separar correctamente los residuos y mucho menos lo que se debe hacer con los denominados “peligrosos” o “especiales”. Angélica Bohórquez, especialista en gerencia ambiental de la Universidad Pontificia Bolivariana, señaló que el mayor problema de no saber separar residuos es que terminan en los rellenos sanitarios. “Pasa el camión de la basura y con su aspa tritura todo. Ese rectángulo compacto va a los rellenos, un tipo de piscina gigante de suelo excavado. A ese piso se le pone una geomembrana para impedir que los lixiviados (el agua que sale de la basura) llegue al suelo, pero no es ciento por ciento eficiente. Las fugas contaminan fuentes hídricas y ecosistemas de sectores aledaños”, precisó.
Residuos peligrosos y especiales
Son aquellos que debido a sus características corrosivas, reactivas, explosivas, tóxicas, inflamables, infecciosas o radiactivas, pueden causar riesgo o daño a la salud humana y el medioambiente. Dentro de los residuos especiales se encuentran las llantas o el aceite de cocina. Un litro mal desechado puede contaminar hasta 4.000 litros de agua potable. Así mismo, dentro de los residuos de manejo diferenciado o posconsumo se encuentran los medicamentos de uso animal y humano, las pilas, bombillos, electrodomésticos y aparatos eléctricos, plaguicidas, baterías de plomo ácido y residuos de construcción y demolición.
¿Dónde desecharlos correctamente?
En Bogotá existen 1.046 puntos de recolección para este tipo de residuos que se pueden consultar en un mapa de geolocalización de la página de la Secretaría de Ambiente. Sin embargo, en todo el país la mayoría de estos gestores ambientales están ubicados en oficinas de la administración territorial, centros comerciales y almacenes de cadena.
Para productos como los medicamentos, cuyo manejo inadecuado tiene un gran impacto en la fauna y genera riesgo de falsificación; la organización Punto Azul cuenta con más de 2.250 punto azules a nivel nacional, con contenedores en los que se pueden desechar los medicamentos sin usar o vencidos, además de sus envases y empaques.
El llamado es a consultar en las entidades correspondientes para evitar a toda costa mezclar este tipo de residuos con los desechos ordinarios.
Separar en la fuente
La clasificación básica de los residuos se divide en tres colores: blanco, verde y negro.
- Blanco: aprovechables como plástico, cartón, vidrio, papel, metales.
- Verde: orgánicos como restos de comida o desechos agrícolas.
- Negro: no aprovechables como papel higiénico, servilletas, papeles y cartones con restos de comida, tapabocas o guantes, entre otros.