Luego de los deslizamientos que originaron una mortal avalancha en Quetame, Cundinamarca, el cierre de la vía Bogotá – Villavicencio y el posterior sismo, que en agosto pasado empeoró la situación, la Concesionaria Vial Andina (Coviandina), ha dispuesto todos los recursos humanos, técnicos y tecnológicos necesarios para garantizar la movilidad de los usuarios gracias a las nuevas calzadas construidas entre El Tablón y Villavicencio (por Coviandes y Coviandina), que hoy operan de manera bidireccional conforme al Plan de Contingencia Operativo (PCO), aprobado por el Puesto de Mando Unificado Nacional (PMU), mientras se ejecutan las obras por parte de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).

Ricardo Postarini, gerente general del consorcio, aseguró que la compañía seguirá trabajando para que la Orinoquía colombiana no quede incomunicada, generando grandes perjuicios a los sectores productivos y las comunidades de la región. A su vez, hizo un llamado al Gobierno nacional para que el Ministerio de Hacienda, a través de la ANI, asigne los recursos para solucionar la problemática y que no se pierda la movilidad.

La inversión para mantener la operatividad del corredor vial ya supera el presupuesto destinado por la empresa, pero, el gerente de Coviandina insiste en que lo importante es tener una vía segura y abierta.

Actualmente, un acceso ‘bypass’ ha permitido dar tráfico bidireccional a través del túnel Renacer, entre el kilómetro 44 y el kilómetro 50, logrando recuperar cerca del 80 por ciento del tráfico y permitiendo que circulen unos 9.000 vehículos al día, entre ellos, 3.000 de carga.

“No importa a quién elija el Gobierno para terminar las obras, podemos ser nosotros, o no, lo importante es que se hagan. Por ahora seguiremos trabajando para que la Orinoquía siga unida al resto de Colombia por carretera”, enfatizó Postarini.