Según el más reciente informe de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), las empresas en el país les están apostando a las inversiones sociales pertinentes, sostenibles y que generen valor. El reporte indicó que, durante 2020, las compañías encuestadas hicieron una inversión social voluntaria de 4 billones de pesos y en 2021 de casi 3,7 billones de pesos en su gestión social.
En un principio, estas acciones de servicio de forma desinteresada se conocían como valor compartido. Sin embargo, el término fue cambiando hasta llegar a responsabilidad social empresarial o sostenibilidad, un compromiso que busca la rentabilidad en materia económica, social y ambiental. Juan Ignacio Vélez, CEO y fundador de TwinHub.com, una compañía que brinda consultoría y entrenamiento para la innovación tecnológica y sostenible a compañías de América Latina, explicó que existen tres niveles dentro de las organizaciones.
“El primero es el que tienen todas las compañías de contratar talento. El segundo nivel va hacia los proveedores y clientes mediante la innovación de un producto o servicio que resuelve un problema. Y el tercero les da el beneficio a los otros que no hacen parte del negocio y que desde 2000 se han alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con el fin de mejorar la calidad de vida de las comunidades vulnerables”, afirmó.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible suman 17 retos globales diseñados como parte de un “plan para lograr un futuro mejor y más sostenible para todos”. Los ODS fueron establecidos en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y la idea es alcanzarlos en 2030. El sector empresarial colombiano ha incluido la paz, el respeto por los derechos humanos, la gobernabilidad para el desarrollo y la sostenibilidad como algunos de sus principales ejes.
Drummond, una de las empresas líderes en explotación minera de carbón térmico, es hoy un referente de innovación social por programas como la alianza con la Fundación Universitaria del Área Andina, la cual ha conseguido fortalecer unidades productivas de 48 equipos de emprendedores de los municipios de Agustín Codazzi, Becerril, Chiriguaná, La Jagua de Ibirico y El Paso, en Cesar. En todos ellos se han entregado capitalizaciones productivas a través del proyecto Incubadora de Emprendimientos MIDE.
“Apoyamos la diversificación productiva, la reactivación y la estabilidad socioeconómica, aportando a la transición socioeconómica de la región hacia un escenario posminería”, aseguró William Espinosa, coordinador de Proyectos Ambientales de Responsabilidad Social Corporativa de Drummond Ltd.
Por su parte, Sergio Zuluaga, CEO de Repportiy.com y analista del crecimiento sostenible en el sector empresarial, destacó que las organizaciones que están promoviendo iniciativas sociales y trabajando en pro de la comunidad crecen hasta un 46 por ciento más. “El panorama en Colombia es alentador porque hay proyectos sociales establecidos para que den resultados a largo plazo. Vemos cómo el país cada vez trabaja más con las comunidades, las mujeres, las poblaciones vulnerables y el territorio en pro de su cuidado y preservación. Si bien las empresas tienen otras necesidades y una permanente presión de quiebra y flujo de caja, hay un avance grandísimo en esta área”, destacó.
Compromiso de todos
Aunque las organizaciones con fines comerciales deben trazar compromisos de responsabilidad social, las instituciones educativas, médicas y los entes gubernamentales también tienen un papel importante en el reto de impulsar la participación cada vez más activa de las comunidades.
Por ejemplo, la Universidad Javeriana adoptó una política de responsabilidad social universitaria que financia anualmente diez proyectos en todo el país para atender necesidades específicas de una población. Se destacan un sistema fotocatalítico para el tratamiento de aguas residuales domésticas en Puerto Carreño; el trabajo con mujeres que se dedican a la minería en Boyacá, y proyectos de negocios con jóvenes de Usme y San Cristóbal, en Bogotá.
Daniel García, jefe de la Oficina de Fomento de la Responsabilidad Social de la institución, contó que, en los 17 años de trayectoria en trabajo con comunidades, más de 85.000 personas han sido beneficiadas en todo el territorio nacional a partir de la búsqueda del cumplimiento de los ODS. “Todos los proyectos deben ser construidos con las comunidades. Se trata de desarrollar herramientas instaladas en los territorios”, puntualizó.
Los expertos coincidieron en que para garantizar una sociedad justa y sostenible se debe promover la creación de gremios, asociaciones y líderes dentro de las empresas que trabajen por aumentar el crecimiento verde, rentable y sostenible, una labor que contribuirá a largo plazo al desarrollo social e innovador de todo el territorio.