La enfermedad de Alzheimer es una forma de demencia que afecta a millones de personas en todo el mundo, y Colombia no es la excepción. A medida que la población colombiana envejece, la prevalencia de esta enfermedad aumenta, planteando retos significativos tanto para los pacientes como para sus cuidadores y el sistema de salud en general.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 50 millones de personas en todo el mundo padecen demencia, y de ese total, alrededor del 60% residen en países con bajos y medianos ingresos. La demencia es un síndrome caracterizado por la pérdida de las funciones cognitivas, lo cual impide que las personas lleven a cabo sus actividades cotidianas con normalidad.
La enfermedad de Alzheimer es la más común de las demencias. Las personas que padecen esta enfermedad presentan un deterioro significativo y progresivo en la memoria, la capacidad para realizar tareas cotidianas, y la orientación en el tiempo y el espacio. Estos síntomas afectan de manera significativa la calidad de vida y la independencia de la persona y suelen empeorar con el tiempo, lo que diferencia claramente la enfermedad de Alzheimer de los cambios asociados con el envejecimiento normal. Esta enfermedad representa cerca del 70% de todos los casos de demencia y, como resultado de esta situación, se ha reconocido a esta enfermedad como una prioridad en la salud pública.
En Colombia, las políticas públicas relacionadas con envejecimiento y vejez han experimentado avances significativos en los últimos años, pero aún no existe una infraestructura adecuada para financiar la atención de las personas que viven con enfermedad de Alzheimer u otras formas de demencia. Las demencias, en particular la enfermedad de Alzheimer, tienen un impacto significativo tanto en términos sociales como económicos, para los pacientes y sus familias, además de afectar a los sistemas de atención médica.
El sistema de salud colombiano se enfrenta a varios desafíos en este sentido. Uno de los principales retos es la disponibilidad de servicios especializados y profesionales capacitados en demencias. Muchos hospitales y centros de atención primaria carecen de personal con experiencia en el diagnóstico y manejo de esta enfermedad, lo que limita el acceso a la atención de calidad. Otro de los principales problemas en nuestro país es el diagnóstico tardío de la enfermedad. Muchas personas y sus familias pasan por alto los primeros signos y síntomas de la enfermedad Alzheimer, lo que retrasa la intervención temprana y limita las opciones de tratamiento. Además, existe una falta de conciencia pública sobre la enfermedad, lo que conduce a la estigmatización y al aislamiento de quienes la padecen.
Las familias de las personas que viven con enfermedad de Alzheimer también enfrentan retos importantes. El cuidado de un ser querido con enfermedad de Alzheimer es una tarea que puede afectar la salud física y mental de los cuidadores. El estrés, la ansiedad y la depresión son comunes entre aquellos que asumen este rol. La falta de información y apoyo adecuado también es un problema. Las familias a menudo se sienten solas y desorientadas al enfrentar esta enfermedad.
A pesar de que el presidente Gustavo Petro promulgó recientemente la Ley 2297, la cual instituye ventajas para quienes cuidan a personas con discapacidad, y de la existencia de asociaciones como Fundación Acción Familiar Alzheimer Colombia, que realizan un valioso trabajo en la concienciación y el apoyo a las personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer, todavía son limitadas las opciones disponibles para las familias de los pacientes, sobre todo para quienes habitan en zonas rurales. Es esencial continuar trabajando en la expansión y mejora de las opciones de apoyo, tanto a nivel gubernamental como a través de la colaboración con organizaciones, para garantizar que las familias que enfrentan la enfermedad de Alzheimer reciban el apoyo necesario y puedan brindar el mejor cuidado posible a sus seres queridos.
En conclusión, es urgente que Colombia aborde la enfermedad de Alzheimer de manera más integral. Esto implica promover la conciencia pública sobre la enfermedad, aumentar la disponibilidad de servicios de diagnóstico y tratamiento, y proporcionar un mayor apoyo a las familias de los pacientes. Se necesitan programas de educación y capacitación para los profesionales de la salud, así como servicios de apoyo psicológico y social para las familias. Además, es esencial que se destinen más recursos y fondos para la investigación sobre la enfermedad Alzheimer en Colombia. La búsqueda de terapias más efectivas y la comprensión de la enfermedad son pasos cruciales para combatirla de manera más efectiva. La enfermedad de Alzheimer no es solo una enfermedad de quienes la padecen, sino una prueba de nuestra capacidad como sociedad para cuidar y proteger a nuestros seres más vulnerables.
*Profesora asociada del Departamento de Psicología de la Universidad de los Andes. Atlantic Fellow for Equity in Brain Health Global Brain Health Institute (GBHI), Trinity College Dublin.