En un contexto de decrecimiento económico, con cuatro trimestres consecutivos de crecimiento inferior al 1 por ciento, el turismo de negocios es una seria alternativa para generar ingresos y oportunidades para las regiones del país. Este segmento, que incluye reuniones, incentivos, congresos y exposiciones (MICE), es reconocido mundialmente por su capacidad de aportar una significativa derrama económica. En 2023, el gasto diario promedio de un viajero de eventos en Colombia fue de 561,23 dólares, un aumento de aproximadamente 76,05 dólares en comparación con 2022, según el ICCA (International Congress and Convention Association).
“El gasto directo total en turismo de reuniones asciende a 2.451 millones de dólares, lo que representa casi el 23 por ciento de los ingresos del turismo internacional en Colombia. De este gasto, los participantes internacionales contribuyen con el 29,6 por ciento, aunque solo constituyen el 9 por ciento del total de asistentes”, explicó Carmen Caballero, presidenta de ProColombia. Según la Encuesta de Visitantes Internacionales de Anato, se estima que los viajeros que vienen a Colombia por eventos y trabajo permanecen en promedio ocho noches y gastan 1.000 dólares. Para congresos, seminarios y convenciones, la estancia promedio es de seis noches, con un gasto de 1.053 dólares.
Anato estima que la llegada de extranjeros a Colombia por turismo y negocios creció 5 por ciento en el primer semestre de 2024, con respecto al mismo periodo de 2023, pero sigue estando un 27 por ciento por debajo de los niveles prepandemia. “Esto sugiere un potencial de crecimiento, ya que el segmento corporativo, uno de los últimos en recuperarse, está experimentando un fuerte impulso global”, aseguró su presidenta, Paula Cortés. En términos de llegadas, la industria de reuniones ha mostrado un buen desempeño. En 2023 llegaron más de 220.000 viajeros, que representan un incremento del 32 por ciento con respecto a 2022, según ProColombia.
“De enero a mayo de 2024 arribaron más de 102.700 viajeros, un 24 por ciento más que en el mismo periodo de 2023. Los principales países fueron Estados Unidos, México y Brasil, que en conjunto aportan más de un tercio de los visitantes. Las ciudades frecuentadas para reuniones son Bogotá, Medellín, Cartagena, Cali y Barranquilla”, agregó Caballero. Según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, entre enero y mayo de 2024, la llegada de turistas creció 8,4 por ciento comparado con el mismo periodo del año pasado, al alcanzar los 2,58 millones. El valor agregado del turismo en 2023 fue de 33,2 billones de pesos, el más alto desde 2015, con un incremento del 12,8 por ciento con respecto a 2022 y del 31,4 por ciento frente a 2019.
“El turismo MICE es una plataforma esencial para dinamizar la economía del país, atrayendo más congresos, convenciones y eventos de mercados internacionales con alta capacidad de consumo y gasto. Con una tasa de cambio favorable y servicios de excelente calidad y competitividad ofrecidos por las regiones colombianas, el país se coloca en la tercera posición en Suramérica como receptor de eventos y reuniones, solo detrás de Brasil y Argentina”, aseguró Duarte.
Colombia ocupó la posición 34 a nivel global en el ranking de la Asociación de Congresos y Convenciones Internacionales (ICCA) y el tercer lugar en América Latina, con un total de 103 eventos celebrados en 2023. Ese mismo año, según el Ministerio de Comercio, el país contaba con más de 25 centros de convenciones, 18 centros de eventos y numerosos establecimientos de alojamiento con salones para eventos, totalizando más de 44.000 habitaciones. Se estima que más de 49.000 personas asistieron a eventos en Colombia el año pasado.
La diversificación de la oferta de hoteles ha sido clave para acoger el turismo MICE. Esto incluye la adaptación de servicios que atraen tanto al turismo de negocios como al de ocio, creando experiencias integrales. “Sin embargo, se necesita una reactivación económica que permita a las empresas desarrollar congresos y convenciones en Colombia, asegurando que tengan el presupuesto necesario para estas actividades empresariales sin tener que sacrificar otras áreas”, agregó Duarte.
Cae la ocupación
A pesar de las buenas noticias, la ocupación de establecimientos de alojamiento con vocación principalmente MICE muestra un descenso en varias ciudades, al comparar el primer semestre de 2024 con el mismo periodo de 2023. En Cúcuta, la ocupación fue del 41,6 por ciento, con una caída de 7 puntos porcentuales; en Villavicencio, del 47,8 por ciento, bajando 10,97 puntos porcentuales, y en Valledupar, llegó al 60,2 por ciento, con una disminución de 4,66 puntos porcentuales, según Duarte.
Aun así, la ocupación MICE es, en promedio, entre 1 y 2 puntos porcentuales superior a la ocupación general en los mismos destinos, lo cual evidencia que este segmento viaja con mayor regularidad y genera estabilidad. “El sector hotelero del país ha demostrado una capacidad para adaptarse a las exigencias de este tipo de turismo, ofreciendo infraestructuras de alta calidad, centros de reuniones y servicios personalizados”, agregó Duarte.
Inversiones locales
Conscientes del potencial del turismo MICE, autoridades locales y regionales están invirtiendo en la modernización de la infraestructura hotelera. Bogotá, Cartagena, Cali y Medellín han mejorado sus servicios, lo que ha llevado a un aumento en la llegada de visitantes y a un impacto económico positivo para la reactivación del sector turístico. Esta estrategia ha contribuido al liderazgo de Bogotá en la organización de congresos ICCA, con 46 eventos, y el tercer lugar en América Latina, solo detrás de Buenos Aires y São Paulo.
Cartagena, junto con Montevideo, ocuparon el noveno puesto en la región con 25 eventos, mientras que Medellín y Quito compartieron el undécimo lugar con 15 eventos.
El turismo MICE puede cumplir un papel fundamental en la reactivación económica de Colombia, atrayendo inversión extranjera, generando empleos y dinamizando la economía en su conjunto. La combinación de infraestructura adecuada, estrategias innovadoras y una oferta diversa sitúan al país en una posición privilegiada para atraer eventos internacionales y dinamizar su economía.