La salud emocional de las niñas y jóvenes es una prioridad para el Colegio San Patricio, una institución que centra su filosofía en la atención personalizada y el acompañamiento en cada etapa de desarrollo para fortalecer las habilidades socioemocionales de sus estudiantes. El objetivo es que sin importar la edad todas estén preparadas para enfrentar los desafíos de la vida.
Sandra Gómez Arango, rectora de esta institución bogotana, femenina, bilingüe y con más de 60 años de historia, explicó que el programa se imparte a las estudiantes desde prejardín hasta grado once, y se caracteriza por hacer un seguimiento individual para entender y atender las necesidades de cada alumna. En este proceso se realizan convivencias, talleres grupales, un programa de mindfulness y asambleas en las que las estudiantes pueden expresar, argumentar y proponer ideas e inquietudes acerca de situaciones de su entorno. En estos espacios también tienen la libertad para hablar sobre temas de actualidad y de la vida cotidiana como la toma de decisiones, la presión de grupo, el consumo de sustancias y las relaciones interpersonales.
Para poner en marcha el programa, el colegio contó con su Centro de Orientación, integrado por un grupo multidisciplinario de psicólogas, terapeutas ocupacionales y fonoaudiólogas. Además, la estrategia también contempla el apoyo de profesionales externos.
¿Qué tanto impacto tiene esta metodología en las estudiantes? Según la rectora, contar con indicadores socioemocionales dentro del currículo como: ser autónomas; comunicarse de manera asertiva, e identificar, regular y gestionar las emociones, entre otros, permite que las alumnas fortalezcan estas habilidades en espacios académicos y no académicos, reflejándose en un mejor desempeño y en relaciones interpersonales y familiares más positivas.
Compromiso con la sostenibilidad
Cumplir los objetivos planteados en la Agenda 2030 de Naciones Unidas también es parte fundamental de la filosofía del Colegio San Patricio. La institución cuenta con un bosque nativo que, según Catalina Mateus, directora de comunicaciones, mercadeo y sostenibilidad, “es una aula viva” con participación activa de las estudiantes.
Parte de ese compromiso con la sostenibilidad se ve reflejado en sus senderos ecológicos, que cumplen varios objetivos: aportar al cuidado del medioambiente y cultivar en las niñas y jóvenes el amor por la naturaleza.
En la institución también hay una estación meteorológica que permite medir la calidad del aire, se cuantifica la huella de carbono y se han formalizado alianzas con colegios y universidades para realizar proyectos medioambientales. Gómez Arango aseguró que el Colegio San Patricio le apuesta a ir más allá de lo académico para formar mujeres íntegras y auténticas que saben gestionar sus emociones y están comprometidas con la conservación ambiental, la inteligencia emocional y la transformación de la sociedad.
*Contenido elaborado con apoyo del Colegio San Patricio
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